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Y DIJO David: ¿Ha quedado alguno de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia por amor de Jonatán?
Y había un siervo de la casa de Saúl, que se llamaba Siba, al cual como llamaron que viniese a David, el rey le dijo: ¿Eres tú Siba? Y él respondió: Tu siervo.
Y el rey dijo: ¿No ha quedado nadie de la casa de Saúl, a quien haga yo misericordia de Dios? Y Siba respondió al rey: Aun ha quedado un hijo de Jonatán, lisiado de los pies.
Entonces el rey le dijo: ¿Y ése dónde está? Y Siba respondió al rey: He aquí, está en casa de Maquir hijo de Amiel, en Lodebar.
Y envió el rey David, y tomólo de casa de Maquir hijo de Amiel, de Lodebar.
Y venido Mefiboset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, postróse sobre su rostro, e hizo reverencia. Y dijo David: Mefiboset. Y él respondió: He aquí tu siervo.
Y díjole David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te haré vol­ver todas las tierras de Saúl tu padre; y comerás siempre pan a mi mesa.
Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro muerto como yo?
Entonces el rey llamó a Siba, siervo de Saúl, y díjole: Todo lo que fue de Saúl y de toda su casa, yo lo he dado al hijo de tu señor.
10 pues le labrarás las tierras, tú con tus hijos, y tus siervos, y encerrarás los frutos, para que el hijo de tu señor tenga con qué mantenerse; y Mefiboset el hijo de tu señor comerá siempre pan a mi mesa. Y tenía Siba quince hijos y veinte siervos.
11 Y respondió Siba al rey: Conforme a todo lo que ha man­dado mi señor el rey a su siervo, así lo hará tu siervo. Mefiboset, dijo el rey, comerá a mi mesa, como uno de los hijos del rey.
12 Y tenía Mefiboset un hijo pequeño, que se llamaba Micaías. Y toda la familia de la casa de Siba eran siervos de Mefiboset.
13 Y moraba Mefiboset en Jerusalem, porque comía siempre a la mesa del rey; y era cojo de ambos pies.