1 Los apóstoles y los hermanosA Hech 1:15 que estaban por toda Judea oyeron que también los gentiles habían recibido la palabra de Dios. 2 Y cuando Pedro subió a Jerusalén, los que eran de la circuncisión1 Lit., los de entre la circuncisión; i.e., judíos cristianosA Hech 10:45 le reprocharon, 3 diciendo: Tú entraste en casa de incircuncisos y comiste con ellosA Mat 9:11; Hech 10:28; Gál 2:12. 4 Entonces Pedro comenzó a explicarles en orden lo sucedidoA Luc 1:3, diciendo: 5 Estaba yo en la ciudad de Jope orandoA Hech 10:9-32; 11:5-14, y vi en éxtasis una visiónB Hech 9:10: un objeto1 O, receptáculo semejante a un gran lienzo que descendía, bajado del cielo por las cuatro puntas, y vino hasta mí. 6 Cuando fijé mis ojos en él y lo observaba, vi1 Lit., y vi cuadrúpedos terrestres, fieras, reptiles y aves del cielo. 7 También oí una voz que me decía: “Levántate Pedro, mata1 O, sacrifica y come.” 8 Pero yo dije: “De ninguna manera, Señor, porque nada impuro1 O, no santo; lit., común o inmundo ha entrado jamás en mi boca.” 9 Pero una voz del cielo respondió por segunda vez: “Lo que Dios ha limpiado, no lo llames tú impuro1 O, no santo; lit., comúnA Hech 10:15.” 10 Esto sucedió tres veces, y todo volvió a ser llevado arriba al cielo. 11 Y he aquí, en aquel momento se aparecieron tres hombres delante de la casa donde estábamos, los cuales habían sido enviados a mí desde CesareaA Hech 8:40. 12 Y el Espíritu me dijo que fuera con ellosA Hech 8:29 sin dudar1 O, sin hacer ninguna distinciónB Hech 15:9; Rom 3:22. Estos seis hermanos fueron también conmigoC Hech 10:23 y entramos en la casa de aquel hombre, 13 y él nos contó cómo había visto al ángel de pie en su casa, el cual le dijo1 Lit., y diciendo: “Envía a Jope y haz traer a Simón, que también se llama Pedro, 14 quien te dirá palabrasA Hech 10:22 por las cuales serás salvo, tú y toda tu casaB Juan 4:53; Hech 10:2; 16:15, 31-34; 18:8; 1 Cor 1:16.” 15 Cuando comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió1 Lit., cayó sobre ellosA Hech 10:44, tal como lo hizo sobre nosotros al principioB Hech 2:4. 16 Entonces me acordé de las palabras del Señor, cuando1 Lit., cómo dijo: “Juan bautizó con agua, pero vosotros seréis bautizados con2 O, en el Espíritu Santo.”A Hech 1:5 17 Por tanto, si Dios les dio a ellos el mismo don que también nos dio a nosotrosA Hech 10:45, 47 después de creer en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo para poder estorbar a Dios1 O, impedir a DiosB Hech 5:39? 18 Y al oír esto se calmaron1 Lit., se callaron, y glorificaron a DiosA Mat 9:8, diciendo: Así que también a los gentiles ha concedido Dios el arrepentimiento que conduce a la vidaB 2 Cor 7:10.

19 Ahora bien, los que habían sido esparcidos a causa de la persecución1 O, tribulación que sobrevino cuando la muerte de EstebanA Hech 8:1, 4, llegaron hasta FeniciaB Hech 15:3; 21:2, ChipreC Hech 4:36 y AntioquíaD Hech 6:5; 11:20, 22, 27; 13:1; 14:26; 15:22, 23, 30, 35; 18:22; Gál 2:11, no hablando la palabra a nadie, sino sólo a los judíos. 20 Pero había algunos de ellos, hombres de ChipreA Hech 4:36 y de CireneB Mat 27:32; Hech 2:10; 6:9; 13:1, los cuales al llegar a AntioquíaC Hech 6:5; 11:19, 22, 27; 13:1; 14:26; 15:22, 23, 30, 35; 18:22; Gál 2:11, hablaban también a los griegos1 Muchos mss. dicen: helenistasD Juan 7:35, predicando al2 O, anunciando el evangelio del Señor JesúsE Hech 5:42. 21 Y la mano del Señor estaba con ellosA Luc 1:66, y gran número que creyóB Hech 2:47 se convirtió al Señor. 22 Y la noticia1 Lit., palabra de esto llegó a2 Lit., se oyó en los oídos de la iglesia de Jerusalén y enviaron a BernabéA Hech 4:36 a3 Lit., hasta AntioquíaB Hech 6:5; 11:19, 20, 27; 13:1; 14:26; 15:22, 23, 30, 35; 18:22; Gál 2:11, 23 el cual, cuando vino y vio la gracia de DiosA Hech 13:43; 14:26; 15:40; 20:24, 32, se regocijó y animaba a todos para que con corazón firme1 Lit., con propósito de corazón permanecieran fieles al Señor; 24 porque era un hombre bueno, y lleno del Espíritu SantoA Hech 2:4 y de fe. Y una gran multitud fue agregada al SeñorB Hech 2:47; 5:14; 11:21. 25 Y Bernabé salió rumbo a TarsoA Hech 9:11 para buscar a Saulo; 26 y cuando lo encontró, lo trajo a AntioquíaA Hech 6:5; 11:20, 22, 27; 13:1; 14:26; 15:22, 23, 30, 35; 18:22; Gál 2:11. Y1 Lit., Y sucedió que se reunieron con la iglesia por todo un año, y enseñaban a las multitudes2 Lit., una gran multitud; y a los discípulosB Juan 2:2; Hech 1:15; 14:21, 22, 28 se les llamó cristianosC Hech 26:28; 1 Ped 4:16 por primera vez en Antioquía.

27 Por aquellos1 Lit., En estos días unos profetasA Luc 11:49; Hech 2:17; 13:1; 1 Cor 12:10, 28, 29 descendieron de Jerusalén a AntioquíaB Hech 6:5; 11:20, 22, 26; 13:1; 14:26; 15:22, 23, 30, 35; 18:22; Gál 2:11. 28 Y levantándose uno de ellos, llamado AgaboA Hech 18:2, daba a entender por el Espíritu, que ciertamente habría una gran hambre en toda la tierra1 Lit., la tierra habitadaB Mat 24:14. Y esto ocurrió durante el reinado de ClaudioC Hech 21:10. 29 Los discípulosA Juan 2:2; Hech 1:15; 6:1, 2; 9:19, 25, 26, 38; 11:26; 13:52; 14:20, 22, 28, conforme a lo que cada uno tenía, determinaron enviar una contribución para el socorro1 Lit., servicio de los hermanos que habitaban en JudeaB Hech 11:1. 30 Y así lo hicieron, mandándola a los ancianosA Hech 12:25 por mano de BernabéB Hech 14:23; 15:2, 4, 6, 22, 23; 16:4; 20:17; 21:18; 1 Tim 5:17, 19; Tito 1:5; Sant 5:14; 1 Ped 5:1; 2 Jn 1; 3 Jn 1 y de SauloC Hech 4:36.