1 Después de pasar por Anfípolis y Apolonia, llegaron a TesalónicaA Hech 17:11, 13; 20:4; 27:2; Fil 4:16; 1 Tes 1:1; 2 Tes 1:1; 2 Tim 4:10, donde había una sinagoga de los judíos. 2 Y Pablo, según su costumbreA Hech 9:20; 17:10, 17, fue a ellos y por tres días de reposo1 O, por tres sábadosB Hech 13:14 discutió con ellos basándose en las EscriturasC Hech 8:35, 3 explicando1 Lit., abriendo y presentando2 Lit., exponiendo evidencia de que era necesario que el Cristo3 I.e., el Mesías padecieraA Hech 3:18 y resucitara de entre los muertosB Juan 20:9, y diciendo: Este Jesús, a quien yo os anuncio, es el Cristo3 I.e., el MesíasC Hech 9:22; 18:5, 28. 4 Algunos de ellos creyeron, y se unieronA Hech 14:4 a Pablo y a SilasB Hech 15:22, 40; 17:10, 14, 15, juntamente con1 Lit., y una gran multitud de griegosC Juan 7:35 temerosos de DiosD Hech 13:43; 17:17 y muchas2 Lit., no pocas de las mujeres principalesE Hech 13:50. 5 Pero los judíos, llenos de envidia, llevaron1 Lit., tomaron algunos hombres malvados2 U, ociosos de la plaza pública, organizaron una turba y alborotaron la ciudadA Hech 17:13; 1 Tes 2:14 y sig.; y asaltando la casa de JasónB Hech 17:6, 7, 9; Rom 16:21, procuraban sacarlos al pueblo. 6 Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos de los hermanos ante las autoridades de la ciudad, gritando: Esos que han trastornado al mundo1 Lit., la tierra habitadaA Hech 16:19, 20 han venido acá tambiénB Mat 24:14; Hech 17:31; 7 y Jasón los1 Lit., a quienes Jasón ha recibidoA Luc 10:38; Sant 2:25, y todos ellos actúan contra los decretos del César, diciendo que hay otro rey, JesúsB Luc 23:2. 8 Y alborotaron a la multitud y a las autoridades de la ciudad que oían esto. 9 Pero después de recibir una fianza de JasónA Hech 17:5 y de los otros, los soltaron.

10 Enseguida los hermanosA Hech 1:15; 17:6, 14, 15 enviaron de noche a Pablo y a SilasB Hech 17:4 a BereaC Hech 17:13; 20:4, los cuales, al llegar, fueron a la sinagoga de los judíosD Hech 17:1, 2. 11 Estos eran más nobles que los de TesalónicaA Hech 17:1, pues1 Lit., quienes recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así. 12 Por eso muchos de ellos creyeronA Hech 2:47, así como también un buen número de1 Lit., y no pocos griegos, hombres y mujeresB Hech 13:50 de distinciónC Mar 15:43. 13 Pero cuando los judíos de TesalónicaA Hech 17:1 supieron que la palabra de Dios había sido proclamada por Pablo también en BereaB Hech 17:10; 20:4, fueron también allá para agitar y alborotar a las multitudes. 14 Entonces los hermanosA Hech 1:15; 17:6, 10 inmediatamente enviaron a Pablo para que fuera hasta el mar; pero SilasB Hech 15:22; 17:4, 10 y TimoteoC Hech 16:1 se quedaron allí. 15 Los que conducían a PabloA Hech 15:3 lo llevaron hasta AtenasB Hech 17:16, 21, 22; 18:1; 1 Tes 3:1; y después de recibir órdenes de que Silas y TimoteoC Hech 17:14 se unieran1 Lit., vinieran a élD Hech 18:5 lo más pronto posible, partieron.

16 Mientras Pablo los esperaba en AtenasA Hech 17:15, 21, 22; 18:1; 1 Tes 3:1, su espíritu se enardecía1 O, indignaba dentro de él al contemplar la ciudad llena de ídolos. 17 Así que discutía en la sinagogaA Hech 9:20; 17:2 con los judíos y con los gentiles temerosos de DiosB Hech 17:4, y diariamente en la plaza con los que estuvieran presentes. 18 También disputaban con él algunos de los filósofos epicúreos y estoicos. Y algunos decían: ¿Qué quiere decir este palabrero1 I.e., uno que se gana la vida recogiendo desperdiciosA 1 Cor 1:20; 4:10? Y otros: Parece ser un predicador de divinidades extrañas2 Lit., demonios extraños —porque les predicaba a3 O, anunciaba el evangelio de Jesús y la resurrecciónB Hech 4:2; 17:31, 32. 19 Lo tomaronA Hech 23:19 y lo llevaron al1 O, ante el Areópago2 O, a la colina de Ares (también llamado Marte), el dios de la guerraB Hech 17:22, diciendo: ¿Podemos saber qué es esta nueva enseñanzaC Mar 1:27 que proclamas3 Lit., de la que estás hablando? 20 Porque te oímos decir1 Lit., traes a nuestros oídos cosas extrañas; por tanto, queremos saber qué significan. 21 (Pues todos los atenienses y los extranjeros de visita allíA Hech 2:10, no pasaban el tiempo en otra cosa sino en decir o en oír algo nuevo.) 22 Entonces Pablo poniéndose en pie en medio del Areópago1 O, posiblemente, Concilio del Areópago, dijo: Varones ateniensesA Hech 17:15, percibo que sois muy religiosos2 O, supersticiososB Hech 25:19 en todo sentido. 23 Porque mientras pasaba y observaba los objetos de vuestra adoraciónA 2 Tes 2:4, hallé también un altar con esta inscripción: AL1 O, A UN DIOS DESCONOCIDO. Pues lo que vosotros adoráis sin conocerB Juan 4:22, eso os anuncio yo. 24 El Dios que hizo el mundo y todo lo que en él hayA Isa 42:5; Hech 14:15, puesto que es Señor del cielo y de la tierraB Deut 10:14; Sal 115:16; Mat 11:25, no mora en templos hechos por manos de hombresC 1 Rey 8:27; Hech 7:48, 25 ni es servido por manos humanas, como si necesitara de algoA Job 22:2; Sal 50:10-12, puesto que El da a todos vida y aliento y todas las cosas; 26 y de uno1 Algunos mss. posteriores dicen: de una sangre hizo todas las naciones del mundo2 Lit., toda la raza humanaA Mal 2:10 para que habitaran sobre toda la faz de la tierra, habiendo determinado sus tiempos señalados y los límites de su habitaciónB Deut 32:8; Job 12:23, 27 para que buscaran a Dios, si de alguna manera, palpando, le hallen, aunque no está lejos de ninguno de nosotrosA Deut 4:7; Jer 23:23, 24; Hech 14:17; 28 porque en El vivimos, nos movemos y existimos1 Lit., somosA Job 12:10; Dan 5:23, así como algunos de vuestros mismos poetas han dicho: “Porque también nosotros somos linaje suyo.” 29 Siendo, pues, linaje de Dios, no debemos pensar que la naturaleza divina sea semejante a oro, plata o piedra, esculpidos por el1 Lit., escultura del arte y el pensamiento humanoA Isa 40:18 y sig.; Rom 1:23. 30 Por tanto, habiendo pasado por alto los tiempos de ignoranciaA Hech 14:16; 17:23; Rom 3:25, Dios declara ahora a todos los hombres, en todas partes, que se arrepientanB Luc 24:47; Hech 26:20; Tito 2:11, 12, 31 porque El ha establecido un día en el cual juzgaráA Mat 10:15 al mundo1 Lit., a la tierra habitadaB Mat 24:14; Hech 17:6 en justicia, por medio de un HombreC Sal 9:8; 96:13; 98:9; Juan 5:22, 27; Hech 10:42 a quien ha designadoD Luc 22:22, habiendo presentado pruebas a todos los hombres al resucitarle2 O, cuando le resucitó de entre los muertosE Hech 2:24.

32 Y cuando oyeron de la resurrección de los muertosA Hech 17:18, 31, algunos se burlaban, pero otros dijeron: Te escucharemos otra1 Lit., también otra vez acerca de esto. 33 Entonces Pablo salió de entre ellos. 34 Pero algunos se unieron a él y creyeron, entre los cuales estaban1 Lit., también Dionisio el areopagitaA Hech 17:19, 22, una mujer llamada Dámaris y otros con ellos.