1 En el año tercero de Ciro, rey de Persia, un mensaje1 Lit., la palabra fue revelado a DanielA Dan 1:21; 6:28, a quien llamaban BeltsasarB Dan 1:7. El mensaje1 Lit., la palabra era verdadero y acerca de un gran conflicto2 O, guerra; él comprendió el mensaje1 Lit., la palabra y tuvo entendimiento de la visiónC Dan 1:17; 2:21; 8:26. 2 En aquellos días, yo, Daniel, había estado en dueloA Esd 9:4, 5; Neh 1:4 durante tres semanas completas. 3 No comí manjar delicado1 Lit., pan apetecible ni entró en mi boca carne ni vinoA Dan 6:18, ni usé ungüento alguno, hasta que se cumplieron las tres semanas. 4 Y el día veinticuatro del primer mes, estando yo junto a la orilla del gran ríoA Ezeq 1:3; Dan 8:2, es decir, el Tigris1 Heb., Hiddekel, 5 alcé los ojos y miré, y he aquí, había un hombre vestido de linoA Ezeq 9:2; Dan 12:6, 7, cuya cintura estaba ceñida con un cinturón de oroB Apoc 1:13; 15:6 puro de UfazC Jer 10:9. 6 Su cuerpo era como de berilo1 O, serpentina amarilla, su rostro tenía2 Lit., como la apariencia de un relámpago, sus ojos eran como antorchas de fuego, sus brazos y pies como el brillo del bronce bruñidoA Apoc 1:14; 2:18; 19:12, y el sonido de sus palabras como el estruendo de una multitud. 7 Y sólo yo, Daniel, vi la visiónA 2 Rey 6:17-20; los hombres que estaban conmigo no vieron la visiónB Hech 9:7, pero un gran terrorC Ezeq 12:18 cayó sobre ellos y huyeron a esconderse. 8 Me quedé soloA Gén 32:24 viendo esta gran visión; no me quedaron fuerzas, y mi rostro1 Lit., mi esplendor se demudó, desfigurándoseB Dan 7:28; 8:27; Hab 3:16, sin retener yo fuerza alguna. 9 Pero oí el sonido de sus palabras, y al oír el sonido de sus palabras, caí en un sueño profundo sobre mi rostro, con mi rostro en tierraA Gén 15:12; Job 4:13; Dan 8:18.

10 Entonces, he aquí, una mano me tocóA Jer 1:9; Dan 8:18, y me hizo temblar sobre mis rodillas y sobre las palmas de mis manos. 11 Y me dijo: Daniel, hombre muy estimado1 Lit., deseadoA Dan 10:19, entiendeB Dan 8:16, 17 las palabras que te voy a decir y ponte en pie2 Lit., de pie donde estásC Ezeq 2:1, porque ahora he sido enviado a ti. Cuando él me dijo estas palabras, me puse en pie temblandoD Job 4:14, 15. 12 Entonces me dijo: No temasA Isa 41:10, 14; Dan 10:19, Daniel, porque desde el primer día en que te propusiste en tu corazón entender y humillarte delante de tu Dios, fueron oídas tus palabras, y a causa de tus palabras he venidoB Dan 9:20-23; 10:2, 3; Hech 10:30, 31. 13 Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso1 Lit., se puso de pie frente a mí por veintiún días, pero he aquí, Miguel, uno de los primeros príncipesA Dan 10:21; 12:1; Jud 9; Apoc 12:7, vino en mi ayuda, ya que yo había sido dejado allí con los reyes de Persia. 14 Y he venido para darte a conocerA Dan 8:16; 9:22 lo que sucederá a tu pueblo al final de los díasB Deut 31:29; Dan 2:28, porque la visión es para días aún lejanosC Dan 8:26; 12:4, 9. 15 Cuando habló conmigo estas palabras, volví1 Lit., puse mi rostro a tierra y enmudecíA Ezeq 3:26; 24:27; Luc 1:20. 16 Y he aquí, uno semejante a un hombre1 Lit., como una semejanza de hijos de hombreA Dan 8:15 tocó mis labios; entonces abrí mi boca y habléB Isa 6:7; Jer 1:9, y dije al que estaba delante de mí: Señor mío, a causa de la visión me ha invadido la angustia2 Lit., me han sobrevenido mis dolores y me he quedado sin fuerzasC Dan 7:15, 28; 8:17, 27; 10:8, 9. 17 ¿Cómo podrá, pues, este siervo de mi señor hablar con uno como mi señorA Ex 24:10, 11; Isa 6:1-5? Porque a mí en este momento no me queda fuerza alguna, ni tampoco me queda alientoB Dan 10:8.

18 Entonces el que tenía semejanza de hombre me tocó otra vez y me fortalecióA Isa 35:3, 4, 19 y me dijo: No temas, hombre muy estimado1 Lit., deseado. La paz sea contigo2 Lit., para tiA Jue 6:23; Isa 43:1; Dan 10:12; sé fuerte y esfuérzateB Jos 1:6, 7, 9; Isa 35:4. Cuando habló conmigo, recobré las fuerzas, y dije: Hable mi señor, porque me has fortalecidoC Sal 138:3; 2 Cor 12:9. 20 Entonces él dijo: ¿Sabes por qué he venido a ti? Ahora vuelvo para luchar contra el príncipe1 I.e., ángel satánico de Persia, y cuando yo termine2 O, salga, he aquí, el príncipe1 I.e., ángel satánico de Grecia3 Heb., YavanA Dan 8:21; 11:2 vendrá. 21 Sin embargo, te declararé lo que está inscrito en el libro de la verdad, pero no hay nadie que se mantenga firme a mi lado1 Lit., se muestre fuerte conmigoA Dan 12:4 contra estas fuerzas, sino Miguel, vuestro príncipeB Dan 10:13; Apoc 12:7.