1 Y se acordó DiosA Gén 19:29; Ex 2:24; 1 Sam 1:19; Sal 105:42 de Noé y de todas las bestias y de todo el ganado que estaban con él en el arca; y Dios hizo pasar un viento sobre la tierra y decrecieron las aguasB Ex 14:21; 15:10; Job 12:15; Sal 29:10; Isa 44:27; Nah 1:4. 2 Y se cerraron las fuentes del abismo y las compuertas1 O, ventanas del cieloA Gén 7:11, y se detuvo la lluviaB Gén 7:4, 12 del cielo. 3 Las aguas bajaron1 Lit., retrocedieron gradualmente de sobre la tierra, y al cabo de ciento cincuenta díasA Gén 7:24, las aguas habían decrecido. 4 Y en el mes séptimo, el día diecisiete del mes, el arca descansó sobre los montesA Gén 7:20 de Ararat. 5 Las aguas fueron decreciendo paulatinamente hasta el mes décimo; y el día primero del mes décimo, se vieron las cimas de los montes.

6 Y aconteció que al cabo de cuarenta días, Noé abrió la ventana del arcaA Gén 6:16 que él había hecho, 7 y envió un cuervo, que estuvo yendo y viniendo1 Lit., saliendo y volviendo hasta que se secaron las aguas sobre2 Lit., de sobre; y así en los vers 8, 11 y 13 la tierra. 8 Después envió1 Lit., envió de sí una paloma para ver si las aguas habían disminuido sobre la superficie2 Lit., faz de la tierra, 9 pero la paloma no encontró lugar donde posarse1 Lit., un lugar de reposo para la planta de su pie, de modo que volvió a él, al arca, porque las aguas estaban sobre la superficie2 Lit., faz de toda la tierra. Entonces extendió su mano, la tomó y la metió consigo en el arca. 10 Esperó aún otros siete días, y volvió a enviar la paloma desde el arca. 11 Y hacia el1 Lit., al tiempo del atardecer la paloma regresó2 Lit., vino a él, y he aquí, en su pico3 Lit., boca traía una hoja de olivo recién arrancada. Entonces Noé comprendió que las aguas habían disminuido sobre la tierra. 12 Esperó aún otros siete días, y envió la palomaA Jer 48:28, pero ya no volvió más a él.

13 Y aconteció que en el año seiscientos uno de NoéA Gén 7:6, en el mes primero, el día primero del mes, se secaron las aguas sobre la tierra. Entonces Noé quitó la cubierta del arca y miró, y he aquí, estaba seca la superficie1 Lit., faz de la tierra. 14 Y en el mes segundo, el día veintisiete del mes, estaba seca la tierra. 15 Entonces habló Dios a Noé, diciendo: 16 Sal del arca tú, y contigo tu mujer, tus hijos y las mujeres de tus hijos. 17 Saca contigo todo ser viviente de toda carne que está contigo: aves, ganados y todo reptil que se arrastra sobre la tierra, para que se reproduzcan en abundancia1 O, pululen sobre la tierra, y sean fecundos y se multipliquen sobre la tierraA Gén 1:22, 28. 18 Salió, pues, Noé, y con él sus hijos y su mujer y las mujeres de sus hijos. 19 Y todas las bestias, todos los reptiles, todas las aves y todo lo que se mueve sobre la tierra, salieron del arca según sus familias.

20 Y edificó Noé un altar al SeñorA Gén 12:7, 8; 13:18; 22:9, y tomó de todo animal limpio y de toda ave limpiaB Gén 7:2; Lev 11:1-47, y ofreció holocaustosC Gén 22:2; Ex 10:25 en el altar. 21 Y el Señor percibió el aroma agradableA Ex 29:18, 25, y dijo el Señor para sí1 Lit., a su corazón: Nunca más volveré a maldecir la tierra por causa del hombreB Gén 3:17; 6:7, 13, 17; Isa 54:9, porque la intención2 O, inclinación del corazón del hombre es malaC Gén 6:5; Sal 51:5; Jer 17:9; Rom 1:21; 3:23; Ef 2:1-3 desde su juventud; nunca más volveré a destruir3 Lit., herir todo ser vivienteD Gén 9:11, 15 como lo he hecho.