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Rahab y los espías de Josué
Y Josué, hijo de Nun, envió secretamente desde SitimA Núm 25:1; Jos 3:1 a dos espías, diciendo: Id, reconoced la tierra, especialmente Jericó. Fueron, pues, y entraron en la casa de una ramera que se llamaba RahabB Heb 11:31; Sant 2:25, y allí se hospedaron1 Lit., se acostaron. Y se le dio aviso al rey de Jericó, diciendo: He aquí, unos hombres de los hijos de Israel han venido aquí esta noche para reconocer toda la tierra. Entonces el rey de Jericó mandó decir a Rahab: Saca a los hombres que han venido a ti, que han entrado en tu casa, porque han venido para reconocer toda la tierra. Pero la mujer había tomado a los dos hombres y los había escondidoA 2 Sam 17:19, y dijo: Sí, los hombres vinieron a mí, pero yo no sabía de dónde eran. Y sucedió que a la hora de cerrar la puerta, al oscurecer, los hombres salieron; no sé adónde fueron1 Lit., fueron los hombres. Id de prisa tras ellos, que los alcanzaréis. Pero ella los había hecho subir al terrado, y los había escondido entre los tallos de lino que había puesto en orden en el terradoA Sant 2:25. Y ellos1 Lit., los hombres los persiguieron por el camino al Jordán hasta los vados, y tan pronto como los que los perseguían habían salido, fue cerrada la puerta.
Y antes que se acostaran, ella subió al terrado donde ellos estaban, y dijo a los hombres: Sé que el Señor os ha dado la tierraA Núm 20:24, y que el terror vuestro ha caído sobre nosotrosB Ex 23:27; Deut 2:25; Jos 9:9, 10, 24, y que todos los habitantes de la tierra se han acobardado1 Lit., disuelto ante vosotros. 10 Porque hemos oído cómo el Señor secó el agua del mar Rojo1 Lit., mar de Cañas delante de vosotros cuando salisteis de EgiptoA Ex 14:21; Núm 23:22; 24:8, y de lo que hicisteis a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruisteis por completo2 O, dedicasteis al anatemaB Núm 21:21-35. 11 Y cuando lo oímos, se acobardó nuestro corazón, no quedando ya valor1 Lit., no se levantó espíritu en hombre alguno por causa de vosotrosA Jos 5:1; 7:5; Sal 22:14; Isa 13:7; 19:1; porque el Señor vuestro Dios, El es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierraB Deut 4:39. 12 Ahora pues, juradme por el Señor, ya que os he tratado con bondad, que vosotros trataréis con bondad a la casa de mi padre, y dadme una promesaA Jos 2:18, 19 segura1 O, de fidelidad, 13 que dejaréis vivir a mi padre y a mi madre, a mis hermanos y a mis hermanas, con todos los suyos, y que libraréis nuestras vidas1 Lit., almas de la muerte. 14 Y los hombres le dijeron: Nuestra vida1 Lit., alma responderá por la vuestra2 Lit., en vez de que vosotros muráis, si no reveláis nuestro propósito; y sucederá que cuando el Señor nos dé la tierra, te trataremos con bondad y lealtad3 O, sinceridadA Gén 24:49.
15 Entonces ella los hizo descender con una cuerda por la ventana, porque su casa estaba en la muralla de la ciudad, y ella vivía en la muralla. 16 Y les dijo: Id a la región montañosa, no sea que los perseguidores os encuentren, y escondeos allí por tres días hasta que los perseguidores regresen. Entonces podéis seguir vuestro caminoA Sant 2:25. 17 Y los hombres le dijeron: Nosotros quedaremos libres de este juramento1 Lit., juramento tuyo que nos has hecho jurarteA Gén 24:8, 18 a menos que1 Lit., he aquí, cuando entremos en la tierra, ates este cordón de hilo escarlata a la ventana por la cual nos dejas bajar, y reúnas contigo en la casa a tu padre y a tu madre, a tus hermanos y a toda la casa de tu padreA Jos 2:12. 19 Y sucederá que cualquiera que salga de las puertas de tu casa a la calle, su sangre caerá sobre su propia cabeza, y quedaremos libres. Pero la sangre de cualquiera que esté en la casa contigo caerá sobre nuestra cabezaA Mat 27:25 si alguien pone su mano sobre él1 Lit., si mano es contra él. 20 Pero si divulgas nuestro propósito, quedaremos libres del juramento que nos has hecho jurar. 21 Y ella respondió: Conforme a vuestras palabras, así sea. Y los envió, y se fueron; y ella ató el cordón escarlata a la ventana.
22 Y ellos se fueron y llegaron a la región montañosa, y permanecieron allí por tres días, hasta que los perseguidores regresaron. Y los perseguidores los habían buscado por todo el camino, pero no los habían encontrado. 23 Entonces los dos hombres regresaron y bajaron de la región montañosa, y pasaron y vinieron a Josué, hijo de Nun, y le contaron todo lo que les había acontecido. 24 Y dijeron a Josué: Ciertamente, el Señor ha entregado toda la tierra en nuestras manos, y además, todos los habitantes de la tierra se han acobardado1 Lit., disuelto ante nosotrosA Jos 2:9.

A2:1: Núm 25:1; Jos 3:1

B2:1: Heb 11:31; Sant 2:25

12:1: Lit., se acostaron

A2:4: 2 Sam 17:19

12:5: Lit., fueron los hombres

A2:6: Sant 2:25

12:7: Lit., los hombres

A2:9: Núm 20:24

B2:9: Ex 23:27; Deut 2:25; Jos 9:9, 10, 24

12:9: Lit., disuelto

12:10: Lit., mar de Cañas

A2:10: Ex 14:21; Núm 23:22; 24:8

22:10: O, dedicasteis al anatema

B2:10: Núm 21:21-35

12:11: Lit., no se levantó espíritu

A2:11: Jos 5:1; 7:5; Sal 22:14; Isa 13:7; 19:1

B2:11: Deut 4:39

A2:12: Jos 2:18, 19

12:12: O, de fidelidad

12:13: Lit., almas

12:14: Lit., alma

22:14: Lit., en vez de que vosotros muráis

32:14: O, sinceridad

A2:14: Gén 24:49

A2:16: Sant 2:25

12:17: Lit., juramento tuyo

A2:17: Gén 24:8

12:18: Lit., he aquí

A2:18: Jos 2:12

A2:19: Mat 27:25

12:19: Lit., si mano es contra él

12:24: Lit., disuelto

A2:24: Jos 2:9