1 Y hubo gran clamor del pueblo y de sus mujeres contra sus hermanos judíosA Lev 25:35; Deut 15:7. 2 Había quienes decían: Nosotros, nuestros hijos y nuestras hijas somos muchos; por tanto, que se nos dé1 U, obtengamos trigo para que comamos y vivamosA Hag 1:6. 3 Había otros que decían: Nosotros tenemos que empeñar nuestros campos, nuestras viñas y nuestras casas para conseguir grano, a causa del hambre. 4 También había otros que decían: Hemos pedido dinero prestado para el impuesto del rey sobre nuestros campos y nuestras viñasA Esd 4:13; 7:24. 5 Ahora bien, nuestra carne es como la carne de nuestros hermanosA Gén 37:27, y nuestros hijos como sus hijos. Sin embargo, he aquí, estamos obligando a nuestros hijos y a nuestras hijas a que sean esclavos, y algunas de nuestras hijas ya están sometidas a servidumbreB Lev 25:39, y no podemos hacer nada1 Lit., no hay poder en nuestras manos porque nuestros campos y nuestras viñas pertenecen a otros.

6 Entonces me enojéA Ex 11:8 en gran manera cuando oí su clamor y estas palabras. 7 Se rebeló mi corazón dentro de mí, y contendí con los nobles y con los oficiales y les dije: Estáis cobrando usura cada uno a su hermanoA Ex 22:25; Lev 25:36; Deut 23:19, 20. Y congregué contra ellos una gran asamblea. 8 Y les dije: Nosotros, conforme a nuestras posibilidades, hemos redimido1 Lit., comprado a nuestros hermanos judíos que fueron vendidos a las nacionesA Lev 25:48; y ahora, ¿venderéis a vuestros hermanos para que sean vendidos a nosotros? Entonces se quedaron callados y no hallaron respuesta2 Lit., palabra. 9 Y agregué1 En heb., él dijo: No está bien lo que hacéis; ¿no debéis andar en el temor de nuestro Dios a causa del oprobio de las nacionesA Neh 4:4 enemigas nuestras? 10 También yo y mis hermanos y mis siervos les hemos prestado dinero y grano. Os ruego, pues, que abandonemos esta usura. 11 Os ruego que hoy mismo les devolváis sus campos, sus viñas, sus olivares y sus casas; también la centésima parte del dinero y del grano, del mosto y del aceite que estáis exigiendo de ellos. 12 Entonces ellos dijeron: Lo devolveremosA 2 Crón 28:15 y no les exigiremos nadaB Neh 10:31; haremos tal como has dicho. Y llamé a los sacerdotes y les hice jurar que harían conforme a esta promesa1 Lit., palabraC Esd 10:5. 13 También sacudí los pliegues1 Lit., la pechera de mi mantoA Hech 18:6 y dije: Así sacuda Dios de su casa y de sus bienes a todo hombre que no cumpla esta promesa2 Lit., palabra; así sea sacudido y despojado. Y toda la asamblea dijo: ¡Amén! Y alabaron al SeñorB Neh 8:6. Entonces el pueblo hizo conforme a esta promesa2 Lit., palabra.

14 Además, desde el día en que el rey me mandó que fuera gobernador1 Lit., gobernador de ellos en la tierra de Judá, desde el año veinteA Neh 1:1 hasta el año treinta y dos del rey ArtajerjesB Neh 13:6, doce años, ni yo ni mis hermanos hemos comido del pan del gobernador. 15 Pero los gobernadores anteriores que me precedieron gravaban al pueblo y tomaban de ellos cuarenta siclos1 Un siclo equivale aprox. a 11.4 gramos de plata además del pan y del vino; también sus sirvientes oprimían al pueblo. Pero yo no hice así, a causa del temor de DiosA Neh 5:9; Job 31:23. 16 También yo me dediqué a1 O, persistí en la obra en esta muralla, y no compramos terrenos, y todos mis siervos estaban reunidos allí para la obra. 17 Y había a mi mesa ciento cincuenta judíos y oficiales, sin contar los que vinieron a nosotros de las naciones que nos rodeabanA 1 Rey 18:19. 18 Lo que se preparaba para cada día era un buey y seis ovejas escogidas, también eran preparadas aves para míA 1 Rey 4:22, 23; cada diez días toda clase de vino se proveía en abundancia. Y con todo esto, no reclamé el pan del gobernador, porque era pesada la servidumbre sobre este puebloB 2 Tes 3:8. 19 Acuérdate de mí, Dios mío, para bien, conforme a todo lo que he hecho por este puebloA Neh 13:14, 22, 31.