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Lamentación sobre Tiro
La Palabra de Yavé vino a mí: Y tú, hijo de hombre, levanta una lamentación sobre Tiro: ¡Oh Tiro, tú que estás ubicada en las orillas del mar, que comercias con los pueblos de muchas costas! ʼAdonay Yavé dice: Tiro, tú te dijiste: Yo soy perfecta en hermosura. Tus límites estaban en el corazón de los mares. Los que te edificaron completaron tu belleza. Hicieron todos tus tablones con cipreses de la montaña Senir. Tomaron un cedro del Líbano para hacer un mástil para ti. Hicieron tus remos con robles de Basán, tu cubierta, con madera de ciprés de las costas de Quitim, incrustada con marfil. Tu vela era de lino bordado de Egipto. Tu pabellón, de tela azul y púrpura de las costas de Elisa. Los habitantes de Sidón y de Arvad fueron tus remeros. Tus expertos, oh Tiro, estaban a bordo. Eran tus timoneles. Los ancianos de Gebal y sus sabios obreros calafateaban tus junturas. Todos los barcos del mar y sus marinos comerciaban contigo.
10 Los persas, los de Lud y los de Fut servían en tu ejército como guerreros tuyos. Escudos y yelmos colgaban en ti y te adornaban con ellos. 11 Los hombres de Arvad y Jelec estaban alrededor de tus muros, y los de Gamadim en tus torres. Ellos completaban tu hermosura.
12 Tarsis comerciaba contigo a causa de la abundancia de todas tus riquezas. Comerciaba en tus mercados con plata, hierro, estaño y plomo. 13 Javán, Tubal y Mesec comerciaban contigo. Comerciaban con hombres y objetos de bronce en tus mercados. 14 Los de la casa de Togarma cambiaban tus mercaderías por caballos de tiro y de guerra, y mulas. 15 Los hijos de Dedán comerciaban contigo. Muchas costas tomaban mercadería de tu mano y te traían colmillos de marfil y madera de ébano como pago.
16 Edom comerciaba contigo por la abundancia de tus productos. Llegaba a tus mercados con perlas, púrpura, ropas bordadas, linos finos, corales y rubíes. 17 También Judá y la tierra de Israel comerciaban contigo. Te pagaban por tus mercaderías con trigo de Minit y Panag, y miel, aceite y resina. 18 A causa de la abundancia de tus productos, Damasco comerciaba contigo. Negociaba con vino de Helbón y lana blanca. 19 Vedán y Javán llegaban a tus mercados para negociar con hierro labrado, mirra destilada y caña aromática. 20 Dedán comerciaba contigo con paños preciosos para las carrozas.
21 Aun Arabia y todos los gobernantes de Cedar comerciaban contigo, con corderos, carneros y machos cabríos. 22 Los mercaderes de Sabá y de Raama comerciaban contigo. Pagaban por tus mercaderías con la mejor clase de especias, y toda clase de piedras preciosas y oro. 23 Harán, Cane, Edén, y los mercaderes de Sabá, de Asiria y de Quilmad, comerciaban contigo. 24 Negociaban contigo tejidos finos, mantos de tela azul bordados y cajas con ropas preciosas, atadas con cuerdas bien arregladas.
25 Los barcos de Tarsis eran como caravanas que traían tus mercancías. Fuiste opulenta y te multiplicaste muchísimo en medio de los mares. 26 Tus remeros te condujeron hacia aguas profundas. El viento del este te quebrantó en el corazón de los mares. 27 Cayeron en el corazón de los mares tus riquezas, tus mercaderías, tu comercio, tus remeros, tus timoneles y calafateadores, con todos los mercaderes de tu mercadería y todos los guerreros y toda la gente que estaba contigo el día de tu destrucción. 28 Se estremecieron las costas de alrededor por el grito estrepitoso de tus timoneles. 29 Todos los que empuñan el remo, marineros y timoneles del mar saltaron de sus barcos para quedarse en tierra.
30 Se escucharán sus voces. Llorarán amargamente por ti. Se echarán polvo sobre sus cabezas y se revolcarán en ceniza. 31 Se raerán los cabellos por ti. Se atarán tela áspera a su cintura, y harán lamentaciones por ti con amargura de alma. 32 En su lamento entonarán cantos fúnebres por ti y se lamentarán por ti: ¿Cuál ciudad es como Tiro, fortificada en el mar?
33 Saciabas a muchos pueblos cuando tus mercaderías salían de los barcos. Enriqueciste a los reyes de la tierra con la abundancia de tus riquezas y mercaderías. 34 Ahora, cuando estás quebrantada en lo profundo de las aguas, tus mercaderías y toda tu tripulación cayeron contigo. 35 Todos los habitantes de las costas están asombrados a causa de ti, y sus reyes están horriblemente aterrorizados. Sus rostros están abatidos. 36 Los mercaderes de los pueblos silban contra ti. Serás un horror y para siempre dejarás de ser.