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Restauración de Israel
Y tú, hijo de hombre, profetiza a las montañas de Israel: Oigan la Palabra de Yavé, oh montañas de Israel. ʼAdonay Yavé dice: Porque el enemigo habló contra ustedes: Las alturas eternas son posesión nuestra, profetiza: ʼAdonay Yavé dice: Por cuanto eran heredad de otras naciones, y se las puso en boca de habladores y murmuradores del pueblo, por tanto, oh montañas de Israel, oigan la Palabra de ʼAdonay Yavé: Así dice ʼAdonay Yavé a las montañas, a las colinas, a los arroyos, a los valles, a las ruinas y asolamientos, y a las ciudades abandonadas que fueron dejadas para el despojo y el escarnio de las otras naciones que están alrededor.
Por eso ʼAdonay Yavé dice: En el fuego de mi celo ciertamente hablé contra las demás naciones y todo Edom, las cuales, con toda la alegría de su corazón y el desprecio de su alma, se disputaron mi tierra como heredad para que ellos pudieran vaciarla y poseerla como presa y despojo. Por tanto profetiza sobre la tierra de Israel. Dí a las montañas, a las colinas, a los arroyos y a los valles: ʼAdonay Yavé dice: Ciertamente hablé en mi celo y en mi furor, porque ustedes soportaron el insulto de las naciones. Por tanto ʼAdonay Yavé dice: Juré que las naciones que están alrededor de ustedes soportarán sus insultos.
Pero ustedes, oh montañas de Israel, broten sus ramas y den su fruto para mi pueblo Israel, porque ellos volverán pronto. Porque ciertamente Yo estoy a favor de ustedes. Me volveré hacia ustedes, y serán cultivadas y sembradas. 10 Sobre ustedes multiplicaré hombres para toda la Casa de Israel. Las ciudades serán habitadas y las desoladas serán reedificadas. 11 Les multiplicaré hombres y bestias. Aumentarán y serán fecundos. Causaré que sean habitadas. Las estableceré como eran antiguamente y les haré mayor bien que en sus principios. Y sabrán que Yo soy Yavé. 12 Sobre ustedes andarán hombres: mi pueblo Israel, quienes tomarán posesión de ustedes, y les serán heredad. Nunca jamás les matarán a los hijos.
13 ʼAdonay Yavé dice: Por cuanto les dicen: Ustedes son devoradoras de hombres y fueron privadoras de sus hijos para su nación. 14 Por tanto ya no devorarán hombres ni privarán de hijos a su nación, dice ʼAdonay Yavé. 15 Ya no permitiré que se oigan los insultos de las naciones contra ustedes, ni soportarán ofensas de los pueblos, porque ya no destruirán a los hijos de su nación, dice ʼAdonay Yavé.
16 La Palabra de Yavé vino a mí: 17 Hijo de hombre, cuando la Casa de Israel vivía en su tierra, la contaminaba con sus procedimientos y sus obras. Sus procedimientos eran como inmundicia menstruosa delante de Mí. 18 Por tanto derramé mi furor sobre ellos por la sangre que derramaron sobre la tierra, y la contaminaron con sus ídolos. 19 También Yo los esparcí entre las naciones, y fueron dispersados por las tierras. Los juzgué según sus procedimientos y sus obras. 20 Cuando llegaron a las naciones adonde fueron, profanaron mi santo Nombre, porque se decía de ellos: Estos son el pueblo de Yavé, pero tuvieron que salir de la tierra de Él. 21 Pero Yo tuve preocupación a causa de mi santo Nombre, el cual la Casa de Israel profanó entre las naciones adonde fueron.
22 Por tanto dí a la Casa de Israel: ʼAdonay Yavé dice: No hago esto por ustedes, oh Casa de Israel, sino por causa de mi santo Nombre, el cual ustedes profanaron entre las naciones adonde llegaron. 23 Yo santificaré mi gran Nombre que fue profanado entre las naciones adonde fueron, el cual ustedes profanaron en medio de ellas. Y las naciones sabrán que Yo soy Yavé, dice ʼAdonay Yavé, cuando sea santificado en ustedes a vista de ellos.
La purificación de Israel al regresar a su tierra
24 Porque Yo los tomaré de las naciones, los recogeré de todas las tierras y los traeré a su propia tierra. 25 Entonces rociaré agua limpia sobre ustedes, y serán purificados de todas sus impurezas. Los purificaré de todos sus ídolos. 26 Les daré un corazón nuevo y pondré un Espíritu nuevo dentro de ustedes. Quitaré el corazón de piedra de su cuerpo y les daré un corazón de carne. 27 Pondré dentro de ustedes mi Espíritu y vivirán según mis Estatutos. Guardarán mis Preceptos y los practicarán. 28 Vivirán en la tierra que di a sus antepasados. Ustedes serán mi pueblo, y Yo seré su ʼElohim. 29 Los purificaré de todas sus impurezas. Llamaré al grano y lo multiplicaré. No los someteré al hambre. 30 Multiplicaré el fruto del árbol y el producto del campo, de modo que nunca más reciban la afrenta del hambre entre las naciones.
31 Entonces recordarán sus malos procedimientos y sus obras que no fueron buenas. Se avergonzarán de ustedes mismos por sus iniquidades y sus repugnancias. 32 No hago esto por amor a ustedes, dice ʼAdonay Yavé. Sépanlo bien: avergüéncense y cúbranse de confusión por sus procedimientos, oh Casa de Israel.
33 ʼAdonay Yavé dice: El día cuando los purifique de todas sus iniquidades causaré que las ciudades vuelvan a ser habitadas y los lugares devastados sean reedificados. 34 La tierra desolada será cultivada, en vez de ser una desolación a la vista de todo el que pasa. 35 Y dirán: ¡Esta tierra que fue desolada es como el huerto del Edén! ¡Estas ciudades solitarias, desoladas y destruidas, están fortificadas y habitadas! 36 Las naciones que queden en sus alrededores sabrán que Yo, Yavé, reedifiqué los lugares arruinados. Derribé y planté lo que estaba desolado. Yo, Yavé, hablé, y lo haré.
37 ʼAdonay Yavé dice: Aún permitiré que la Casa de Israel me busque para hacerles esto: Multiplicaré hombres como un rebaño. 38 Como las ovejas consagradas, como las ovejas de Jerusalén en sus solemnidades, las ciudades asoladas estarán llenas de rebaños de hombres. Entonces sabrán que Yo soy Yavé.