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Salmo de conformidad con los planes de Yavé
Oración del profeta Habacuc. En el tono de lamentaciones.
¡Oh Yavé, oí tu palabra y estoy atemorizado!
Oh Yavé, aviva tu obra en medio de los tiempos.
En medio de los tiempos hazla conocer.
En la ira, acuérdate de tener misericordia.
ʼEloha, el Santo, viene de Temán,
De las montañas de Parán. Selah.
 
Su esplendor cubre los cielos
Y la tierra se llena de su alabanza.
Su resplandor es como la luz del sol.
Rayos de luz proceden de sus manos.
Allí se oculta su poder.
La mortandad va delante de Él
Y de sus pies salen carbones encendidos.
Se detiene y tiembla la tierra.
Mira, y estremece a las naciones.
Se desmoronan las montañas,
Se hunden las colinas antiguas,
Pero sus sendas son eternas.
Veo las tiendas de Cusán en aflicción.
Se estremecen las tiendas de la tierra de Madián.
 
Oh Yavé, ¿te airaste contra los ríos?
¿Es tu ira contra el mar
Cuando montas en tus caballos
Y en tus carrozas victoriosas?
Descubres completamente tu arco.
Las varas de castigo fueron prometidas con juramento. Selah.
Tú surcas la tierra con ríos.
10 Te ven las montañas,
Y tiemblan.
La inundación de aguas se desencadena.
El abismo da su voz.
A lo alto levanta sus manos.
11 El sol y la luna se detienen en su cenit.
Anduvieron a la luz de tus flechas,
Y al resplandor de tu refulgente lanza.
12 Con ira trillaste la tierra.
Con furor pisoteaste las naciones.
13 Saliste a socorrer a tu pueblo,
A salvar a tu ungido.
Destrozas el techo de la casa del impío
Y descubres su cimiento hasta la roca. Selah.
 
14 Con tus propias flechas
Traspasas a los jefes de sus nobles,
Que como tempestad acometen para dispersarme.
Su regocijo es como el del que devora en secreto al pobre.
15 Pisoteaste con tus caballos el mar,
Sobre la mole de muchas aguas.
 
16 Escuché y se conmovieron mis órganos internos.
A su voz temblaron mis labios.
Pudrición entró en mis huesos
Y dentro de mí me estremezco.
Pero debo estar tranquilo el día de la adversidad,
Cuando suba el pueblo que nos invadirá con sus tropas.
17 Aunque la higuera no florezca,
Ni en las vides haya fruto,
Aunque falte el producto del olivo,
Y los campos no produzcan alimento,
Aunque se acaben las ovejas del redil
Y no haya vacas en los establos,
18 Sin embargo, yo me alegraré en Yavé
Y me gozaré en el ʼElohim de mi salvación.
19 ¡Adonay Yavé es mi fortaleza!
Él me da pies como de venados
Y me hace andar en las alturas.
Al director del coro, con mis instrumentos de cuerda.