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Comunicación de Jeremías a los deportados
Estas son las palabras de la carta que el profeta Jeremías envió desde Jerusalén al resto de los ancianos, a los sacerdotes, profetas y a todo el pueblo que Nabucodonosor deportó de Jerusalén a Babilonia. (Esto sucedió después que el rey Jeconías, la reina madre, los servidores del palacio, los magistrados de Judá y de Jerusalén y los artesanos y herreros salieron de Jerusalén. La envió por medio de Elasa, hijo de Safán y de Gemarías, hijo de Hilcías, a quienes Sedequías, rey de Judá, envió a Babilonia, a Nabucodonosor, rey de Babilonia.)
Decía: Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice a todos los cautivos que Yo deporté de Jerusalén a Babilonia: Edifiquen casas y habítenlas. Planten huertos y coman sus frutos. Tomen esposas y engendren hijos e hijas. Tomen esposas para sus hijos y den sus hijas a esposos para que críen hijos e hijas. Multiplíquense allá y no disminuyan. Procuren la paz de la ciudad a la cual los deporté. Rueguen a Yavé por ella, porque en la paz de ella tendrán ustedes paz.
Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice: No los engañen sus profetas y adivinos que viven entre ustedes, ni atiendan a los sueños que ustedes mismos tienen. Porque les profetizan engaño en mi Nombre, y Yo no los envié, dice Yavé. 10 Porque Yavé dice: Cuando en Babilonia se cumplan los 70 años, Yo los visitaré, y despertaré sobre ustedes mi buena Palabra para que vuelvan a este lugar. 11 Porque Yo sé los designios que tengo para ustedes, dice Yavé, designios de bienestar y no de mal, a fin de darles porvenir y esperanza. 12 Entonces me invocarán. Vendrán y orarán a Mí, y Yo los escucharé. 13 Me buscarán y me hallarán, porque me buscarán con todo su corazón. 14 Seré hallado por ustedes, dice Yavé, y los devolveré de su cautividad. Los reuniré de todas las naciones y de todos los lugares adonde los eché, dice Yavé.
15 Pero ustedes dicen: Yavé nos levantó profetas en Babilonia. 16 Yavé dice con respecto al rey que está sentado sobre el trono de David y de todo el pueblo que vive en esta ciudad, de sus hermanos que no salieron con ustedes en cautividad, 17 Yavé de las huestes dice: Ciertamente Yo envío contra ellos la espada, el hambre y la pestilencia. Los pondré como los higos malos, que por ser tan malos no se pueden comer. 18 Los perseguiré con espada, con hambre y pestilencia. Los convertiré en escarnio de todos los reinos de la tierra, en maldición, espanto, burla y afrenta entre todas las naciones a donde los echaré, 19 por cuanto no escucharon mis palabras, que les envié por medio de mis esclavos profetas, de madrugada y sin cesar, pero no quisieron escuchar, dice Yavé.
20 Escuchen, pues, la Palabra de Yavé, ustedes todos los deportados que eché de Jerusalén a Babilonia. 21 Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice con respecto a Acab, hijo de Colías y de Sedequías, hijo de Maasías, quienes les profetizan mentiras en mi Nombre: Ciertamente Yo los entrego en mano de Nabucodonosor, rey de Babilonia, y él los matará ante sus ojos. 22 A causa de ellos, los deportados de Judá que están en Babilonia harán una maldición que diga: Yavé haga contigo como hizo con Acab y Sedequías, a quienes el rey de Babilonia asó en el fuego. 23 Porque practicaron infamia en Israel al cometer adulterio con las esposas de sus prójimos, y en mi Nombre dijeron palabras falsas que Yo no les mandé. Lo sé y lo testifico, dice Yavé.
24 Y a Semaías de Nehelam hablarás: 25 Yavé de las huestes, ʼElohim de Israel, dice: Tú enviaste cartas en tu propio nombre a todo el pueblo que está en Jerusalén, al sacerdote Sofonías, hijo de Maasías, y a todos los sacerdotes. Dijiste: 26 Yavé te nombró sacerdote en lugar del sacerdote Joiada para que te encargues en la Casa de Yavé de todo hombre loco que profetice, lo pongas en el cepo y en el collar de hierro. 27 Ahora pues, ¿por qué no has reprendido a Jeremías de Anatot, quien les profetiza? 28 Porque él nos envió a decir en Babilonia: El cautiverio es largo. Edifiquen casas, vivan en ellas, planten huertos y coman sus frutos.
29 El sacerdote Sofonías leyó esta carta a oídos del profeta Jeremías. 30 La Palabra de Yavé vino a Jeremías: 31 Envía a decir a todos los deportados: Yavé dice esto con respecto a Semaías de Nehelam: Semaías les profetizó sin que Yo lo enviara, y predijo una falsa confianza. 32 Por tanto Yavé dice: Ciertamente Yo castigaré a Semaías de Nehelam y a su descendencia: No tendrá varón que viva en medio de este pueblo, ni verá el bien que Yo haré a mi pueblo, dice Yavé, porque habló palabras de rebelión contra Yavé.