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Instrucción (Maskil) de David
Inmensamente feliz es aquel
A quien es perdonada su transgresión
Y cubierto su pecado.
Inmensamente feliz es el hombre
A quien Yavé no atribuye iniquidad,
Y en el espíritu del cual no hay engaño.
 
Mientras callé, se consumieron mis huesos
En mi gemir todo el día.
Porque de día y de noche pesó sobre mí tu mano.
Hasta que mi vigor se convirtió
En sequedades de verano. Selah
 
Mi pecado confesé y no encubrí mi iniquidad.
Dije: Confesaré mis transgresiones a Yavé,
Y Tú perdonaste la culpa de mi pecado. Selah
 
Por esto todo santo ora a Ti
En un tiempo cuando puedes ser hallado.
Ciertamente en la inundación de muchas aguas,
Éstas no llegarán a él.
Tú eres mi Refugio.
Me guardas de la angustia.
Me rodeas con cantos de liberación. Selah
 
Te haré entender
Y te enseñaré el camino en el cual debes andar.
Sobre Ti fijaré mis ojos y te aconsejaré.
 
No sean como el caballo o la mula,
Sin entendimiento,
Cuya boca debe ser frenada con freno y rienda
Para que se acerquen a Ti.
 
10 Muchos dolores hay para el impío,
Pero al que confía en Yavé
Lo rodea la misericordia.
 
11 ¡Alégrense, oh justos, en Yavé, y regocíjense!
¡Canten con júbilo todos los rectos de corazón!