35
Salmo de David
¡Oh Yavé, contiende con los que contienden contra mí!
¡Pelea contra los que combaten contra mí!
¡Echa mano al escudo y al broquel,*Escudo era el que se ataba a los brazos y cubría el pecho. Broquel, un escudo pequeño que el soldado llevaba en su mano. Algunos traducen “pavés”, que era un escudo de gran tamaño que cubría casi todo el cuerpo.
Y levántate en mi ayuda!
Saca la lanza y cierra el paso a mis perseguidores.
Dí a mi alma: ¡Yo soy tu Salvación!
 
Sean avergonzados y confundidos
Los que buscan mi vida.
Sean vueltos atrás y confundidos
Los que traman mi mal.
Sean como la cáscara de grano arrebatada por el viento,
Y acóselos el Ángel de Yavé.
Sea su camino tenebroso y resbaladizo,
Y el Ángel de Yavé los persiga.
 
Porque sin causa me tendieron su red,
Sin motivo cavaron fosa para mi vida.
Véngale destrucción inesperada.
Atrápelo la red que él mismo tendió,
Y caiga en ella con igual destrucción.
 
Mi alma se deleitará en Yavé.
Se regocijará en su salvación.
10 Todos mis huesos dirán:
Oh Yavé, ¿quién como Tú,
Que libras al débil del que es demasiado fuerte para él,
Y al pobre y menesteroso del que lo despoja?
 
11 Se levantan testigos falsos
De lo que no sé me preguntan.
12 Me devuelven mal por bien
Para desolación a mi alma.
13 Yo en cambio, al estar ellos enfermos,
Me vestía de ropa áspera
Y afligía mi alma con ayuno,
Hasta que mi súplica a favor de ellos me era concedida.
14 Como por mi amigo o hermano actuaba,
Como el que llora por su madre,
Afligido me humillaba.
15 Pero ellos, en mi adversidad se alegraron,
Y se reunieron contra mí.
Atacantes se reunieron contra mí,
Y yo no lo entendía.
Me despedazaban sin cesar.
16 Como profanos burladores en las fiestas
Rechinaron contra mí sus dientes.
17 Oh ʼAdonay, ¿hasta cuándo consentirás esto?
¡Libra mi vida de sus destrucciones,
Mi única vida de los leones!
18 Yo te daré gracias en la gran congregación,
Te alabaré entre un pueblo numeroso.
 
19 No se alegren de mí los que sin causa son mis enemigos,
Ni guiñan el ojo los que me aborrecen sin causa.
20 Por cuanto no hablan de paz,
Sino inventan palabras calumniosas contra los mansos de la tierra.
 
21 Ensanchan su boca contra mí, y dicen:
22 ¡Oh Yavé, Tú lo viste! ¡No calles!
¡Oh ʼAdonay, no estés lejos de mí!
23 ¡Despierta y levántate a hacer justicia, ʼElohim mío y ʼAdonay mío!
24 Júzgame conforme a tu justicia, oh Yavé ʼElohim mío,
Que no se alegren ellos de mí.
25 No digan ellos en su corazón:
¡Ajá, aquí está lo que queríamos!
No digan: ¡Lo devoramos!
 
26 Sean avergonzados y confundidos juntos
Los que de mi mal se alegran.
Vístanse de vergüenza y deshonor
Los que se engrandecen sobre mí.
27 Canten de júbilo y alégrense los que favorecen mi justicia,
Y digan continuamente:
¡Engrandecido sea Yavé,
Quien se complace en la prosperidad de su esclavo!
28 Mi lengua hablará de tu justicia y de tu alabanza todo el día.

*35:2 Escudo era el que se ataba a los brazos y cubría el pecho. Broquel, un escudo pequeño que el soldado llevaba en su mano. Algunos traducen “pavés”, que era un escudo de gran tamaño que cubría casi todo el cuerpo.