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Al director del coro. Salmo de David. Canto
A Ti te corresponde la alabanza en Sion, oh ʼElohim.
A Ti se pagará el voto.
Tú escuchas la oración.
A Ti acudirá todo hombre.
 
Las palabras de iniquidad prevalecen contra mí.
Tú perdonas nuestras transgresiones.
 
Inmensamente feliz es aquél a quien Tú escoges
Y acercas a Ti para que viva en tus patios.* En el Templo construido por Herodes había tres: uno para los gentiles, otros para los israelitas y otro para los sacerdotes.
Seremos saciados con la abundancia de tu Casa, de tu santo Templo.
 
Nos responderás con tremendas proezas de justicia,
Oh ʼElohim de nuestra salvación.
¡Tú eres la Esperanza de todos los confines de la tierra,
Y del más lejano mar!
Tú, el que afirmas las montañas con tu fortaleza,
Atado con valentía.
El que calma el estruendo de los mares,
El estruendo de sus olas,
Y el alboroto de las naciones.
 
Los que viven en los confines se asombran de tus maravillas.
Tú haces clamar con júbilo al alba y al ocaso.
 
Visitas la tierra y la inundas.
La enriqueces muchísimo.
El torrente de ʼElohim está lleno de agua.
Preparas el grano de ellos
Porque así Tú preparas la tierra.
10 Inundas sus surcos,
Haces descender el agua en sus canales,
Ablandas sus terrones,
Y bendices sus brotes.
 
11 Coronas el año con generosidad,
Y tus sendas destilan sustancia.
12 Gotean los pastizales del desierto,
Y las colinas se atan con regocijo.
13 Los prados se cubren de rebaños,
Los valles se cubren de grano.
Dan gritos de júbilo y cantan.

*65:4 En el Templo construido por Herodes había tres: uno para los gentiles, otros para los israelitas y otro para los sacerdotes.