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¡Aleluya!
 
Porque es bueno cantar salmos a nuestro ʼElohim,
Porque agradable, hermosa es la alabanza.
 
Yavé edifica a Jerusalén.
Él reúne a los desterrados de Israel.
Él sana a los quebrantados de corazón
Y venda sus heridas.
 
Él cuenta el número de las estrellas.
Él da nombres a todas ellas.
Grande es nuestro ʼAdonay
Y prominente en fortaleza.
Su entendimiento es infinito.
Yavé sostiene a los afligidos.
Él abate a los perversos hasta la tierra.
 
Canten a Yavé con acción de gracias.
Canten salmos a nuestro ʼElohim con el arpa,
Quien cubre de nubes el cielo,
Quien provee lluvia para la tierra,
Quien desarrolla la hierba en las montañas.
Él da a la bestia su alimento,
A las crías de los cuervos que claman.
 
10 No se deleita con la fuerza del caballo,
No se complace en las piernas de un hombre.
11 Yavé favorece a los que le temen,
Los que esperan su misericordia.
 
12 ¡Alaba a Yavé, oh Jerusalén!
¡Alaba a tu ʼElohim, oh Sion!
13 Porque Él refuerza los cerrojos de tus puertas,
Él bendice a tus hijos dentro de ti.
14 Él establece paz en tus fronteras,
Él te sacia con lo mejor del trigo.
 
15 Él envía su mandato a la tierra,
Su Palabra corre velozmente.
16 Él da nieve como lana,
Él esparce la escarcha como ceniza.
17 Él lanza su nieve como migas.
¿Quién puede resistir su helada?
18 Envía su Palabra,
Y la derrite,
Impulsa su viento para que sople,
Y fluyan las aguas.
 
19 Él declara sus Palabras a Jacob,
Sus Estatutos y Ordenanzas a Israel.
20 No trató así con ninguna nación.
Ninguna otra conoció sus ordenanzas.
 
¡Aleluya! ¡Aleluya!