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Entonces oró Jonás a Jehová su Dios desde el vientre del pez,
y dijo: En mi angustia clamé a Jehová, y Él me oyó; Desde el vientre del infierno clamé, y mi voz oíste.
Me echaste en el profundo, en medio de los mares, y me rodeó la corriente; Todas tus ondas y tus olas pasaron sobre mí.
Y yo dije: Echado soy de delante de tus ojos: Mas aún veré tu santo templo.
Las aguas me rodearon hasta el alma, me rodeó el abismo; Las algas se enredaron a mi cabeza.
Descendí a los cimientos de las montañas; La tierra echó sus cerraduras sobre mí para siempre: Mas tú sacaste mi vida de la corrupción, oh Jehová, Dios mío.
Cuando mi alma desfallecía en mí, me acordé de Jehová; Y mi oración entró hasta ti en tu santo templo.
Los que guardan las vanidades ilusorias, su misericordia abandonan.
Pero yo con voz de acción de gracias te ofreceré sacrificios; Pagaré lo que prometí. La salvación pertenece a Jehová.
10 Y mandó Jehová al pez, y vomitó a Jonás en tierra seca.