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¡Ay de los que traman iniquidad, y de los que fabrican el mal en sus camas! Cuando viene la mañana lo ponen por obra, porque tienen en su mano el poder.
Y codician campos, y los roban; y casas, y las toman; oprimen al hombre y a su casa, al hombre y a su heredad.
Por tanto, así dice Jehová: He aquí, yo pienso sobre esta familia un mal del cual no sacaréis vuestros cuellos, ni andaréis erguidos; porque el tiempo será malo.
En aquel tiempo se levantará sobre vosotros una parábola, y se endechará una amarga lamentación, diciendo: Del todo fuimos destruidos; Él ha cambiado la porción de mi pueblo. ¡Cómo nos quitó nuestros campos! Los dio y los repartió a otros.
Por tanto, no tendrás quien eche cordel para suerte en la congregación de Jehová.
No profeticéis, dicen a los que profetizan; no les profetizarán, para no llevar la vergüenza.
Tú que te dices casa de Jacob, ¿se ha acortado el Espíritu de Jehová? ¿Son éstas sus obras? ¿Mis palabras no hacen bien al que camina rectamente?
El que ayer era mi pueblo, se ha levantado como enemigo; tras las vestiduras quitasteis las capas atrevidamente a los que pasaban, como los que vuelven de la guerra.
A las mujeres de mi pueblo echasteis fuera de las casas de sus delicias; de sus niños quitasteis mi gloria para siempre.
10 Levantaos, y andad, pues este no es vuestro reposo; y porque está contaminado, os destruirá con grande destrucción.
11 Si alguno que anda en el espíritu de falsedad mintiere, diciendo: Yo te profetizaré de vino y de licor; este tal será el profeta de este pueblo.
12 De cierto te reuniré todo, oh Jacob: ciertamente recogeré el remanente de Israel; los reuniré como ovejas de Bosra, como rebaño en medio de su aprisco; harán estruendo por la multitud de hombres.
13 Subirá rompedor delante de ellos; romperán y pasarán la puerta, y saldrán por ella; y su rey pasará delante de ellos, y a la cabeza de ellos Jehová.