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Salmo cantado en la dedicación de la casa de David
Te exaltaré, oh Jehová; porque me has levantado, y no permitiste que mis enemigos se alegraran sobre mí.
Oh Jehová Dios mío, a ti clamé, y tú me sanaste.
Oh Jehová, hiciste subir mi alma del sepulcro; me diste vida, para que no descendiese a la fosa.
Cantad a Jehová, vosotros sus santos, y dad gracias a la memoria de su santidad.
Porque por un momento durará su furor; mas en su voluntad está la vida: Por la noche durará el lloro, pero a la mañana vendrá la alegría.
Y dije yo en mi prosperidad: No seré movido jamás;
Jehová, por tu favor has hecho que mi montaña permanezca fuerte. Escondiste tu rostro, y fui conturbado.
A ti clamé, oh Jehová; y a ti Jehová he suplicado.
¿Qué provecho hay en mi sangre, cuando yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará el polvo? ¿Anunciará tu verdad?
10 Oye, oh Jehová, y ten misericordia de mí: Jehová, sé tú mi ayudador.
11 Has cambiado mi lamento en danza; desataste mi cilicio, y me ceñiste de alegría.
12 Por tanto a ti cantaré, gloria mía, y no estaré callado. Oh Jehová Dios mío, te daré gracias por siempre.