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Al Músico principal: Salmo: Cántico de David
A ti es plácida la alabanza en Sión, oh Dios; y a ti se pagarán los votos.
Tú oyes la oración; a ti vendrá toda carne.
Iniquidades prevalecen contra mí; mas tú perdonarás nuestras transgresiones.
Bienaventurado el hombre a quien tú escogieres, e hicieres acercarse a ti, para que habite en tus atrios. Seremos saciados del bien de tu casa, de tu santo templo.
Con tremendas cosas, en justicia, nos responderás tú, oh Dios de nuestra salvación, esperanza de todos los términos de la tierra, y de los más remotos confines del mar.
Tú, el que afirma las montañas con su fortaleza, ceñido de poder:
El que calma el estruendo de los mares, el estruendo de sus ondas, y el alboroto de las naciones.
Por tanto, los moradores de los confines de la tierra temen de tus maravillas. Tú haces que se alegren las salidas de la mañana y de la tarde.
Visitas la tierra, y la riegas: En gran manera la enriqueces con el río de Dios, que está lleno de aguas; preparas el grano de ellos, cuando así la dispones.
10 Haces que se empapen sus surcos, haces descender sus canales; la ablandas con lluvias, bendices sus renuevos.
11 Tú coronas el año con tu bondad; y tus nubes destilan grosura.
12 Destilan sobre los pastizales del desierto; y los collados se ciñen de alegría.
13 Los prados se visten de rebaños, y los valles se cubren de grano; dan voces de júbilo, y aun cantan.