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Al Músico principal: para Jedutún: Salmo de Asaf
Con mi voz clamé a Dios, a Dios clamé, y Él me escuchó.
Al Señor busqué en el día de mi angustia: Mi mal corría de noche y no cesaba: Mi alma rehusó ser consolada.
Me acordaba de Dios, y me angustiaba: Me quejaba, y se agobiaba mi espíritu. (Selah)
Detienes los párpados de mis ojos: Estoy tan angustiado, que no puedo hablar.
He considerado los días de antaño, los años de los tiempos antiguos.
Me acuerdo de mis canciones en la noche; medito con mi propio corazón, y mi espíritu diligentemente escudriña.
¿Desechará el Señor para siempre, y no volverá más a sernos propicio?
¿Ha cesado para siempre su misericordia? ¿Se ha acabado para siempre su promesa?
¿Ha olvidado Dios el tener misericordia? ¿Ha encerrado con ira sus piedades? (Selah)
10 Y dije: Enfermedad mía es esta; traeré, pues, a la memoria los años de la diestra del Altísimo.
11 Me acordaré de las obras de Jehová; ciertamente haré memoria de tus maravillas antiguas.
12 Y meditaré en todas tus obras, y hablaré de tus hechos.
13 Oh Dios, tu camino está en tu santuario: ¿Qué Dios es tan grande como nuestro Dios?
14 Tú eres el Dios que hace maravillas; hiciste conocer tu fortaleza entre los pueblos.
15 Con tu brazo redimiste a tu pueblo, a los hijos de Jacob y de José. (Selah)
16 Te vieron las aguas, oh Dios; te vieron las aguas y temieron; los abismos también se estremecieron.
17 Las nubes derramaron agua; tronaron los cielos, tus saetas salieron por doquier.
18 La voz de tu trueno estaba en el cielo; los relámpagos alumbraron al mundo; se estremeció y tembló la tierra.
19 En el mar está tu camino, y tus sendas en las muchas aguas; y tus pisadas no fueron conocidas.
20 Condujiste a tu pueblo como a un rebaño, por mano de Moisés y de Aarón.