15
YO soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pámpano en mí que no lleva fruto, le quita; y todo aquel que lleva fruto, le limpia, para que lleve más fruto.
Ya vosotros sois limpios por la palabra que os he hablado.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no permaneciere en la vid, así ni vosotros, si no permaneciereis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos: el que está en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto: porque sin mí nada podéis hacer.
Si alguno no permaneciere en mí, es echado fuera como el pámpano, y se seca; y los recogen, y échanlos en el fuego, y arden.
Si permaneciereis en mí, y mis palabras permanecieren en vosotros, todo lo que quisiereis pediréis, y os será hecho.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto; así seréis mis discípulos.
Como el Padre me amó, también yo os he amado: estad en mi amor.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor: como yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor.
11 Estas cosas os he hablado, para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea cumplido.
12 Éste es mi mandamiento: Que os améis los unos a los otros, como yo os amé.
13 Nadie tiene mayor amor que este, que ponga alguno su vida por sus amigos.
14 Vosotros sois mis amigos, si hiciereis las cosas que yo os mando.
15 Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; mas os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre, os he hecho conocer.
16 No me escogisteis vosotros a mí; mas yo os escogí a vosotros, y os he ordenado para que vayáis, y llevéis fruto; y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, él os lo dé.
17 Esto os mando: Que os améis los unos a los otros.
18 Si el mundo os aborrece, sabed que a mí me ha aborrecido antes que a vosotros.
19 Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo que es suyo; mas porque no sois del mundo, sino que yo os escogí del mundo, por eso os aborrece el mundo.
20 Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor: Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra.
21 Mas todo esto os harán por causa de mi nombre; porque no conocen al que me ha enviado.
22 Si yo no hubiera venido, ni les hubiera hablado, no tendrían pecado; mas ahora no tienen excusa de su pecado.
23 El que me aborrece, también a mi Padre aborrece.
24 Si yo no hubiese hecho entre ellos obras cuales ningún otro ha hecho, no tendrían pecado; mas ahora, ellos las han visto, y han aborrecido tanto a mí como a mi Padre.
25 Mas esto sucede, para que se cumpla la palabra que está escrita en su ley: Sin causa me aborrecieron.
26 Empero cuando viniere el Consolador, el cual yo os enviaré del Padre, es a saber, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio de mí.
27 Y vosotros también daréis testimonio, porque habéis estado conmigo desde el principio.