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DESPUÉS de esto aconteció que David inquirió del SEÑOR, diciendo: ¿Subiré a alguna de las ciudades de Judá? Y el SEÑOR le respondió: Sube. Y David tornó a decir: ¿A dónde subiré? Y él le dijo: A Hebrón.
Y David subió allá, y con él sus dos esposas, Ahinoam jezreelita y Abigail, la que fue esposa de Nabal del Carmelo.
Y llevó también David consigo los hombres que con él habían estado, cada uno con su familia; los cuales moraron en las ciuda­des de Hebrón.
Y vinieron los varones de Judá, y ungieron allí a David por rey sobre la casa de Judá. Y dieron aviso a David, diciendo: Los de Jabes de Galaad son los que sepultaron a Saúl.
Y envió David mensajeros a los de Jabes de Galaad, diciéndo­les: Benditos seáis vosotros del SEÑOR, que habéis hecho esta misericordia con vuestro señor Saúl en haberle dado sepultura.
Ahora pues, el SEÑOR haga con vosotros misericordia y ver­dad; y yo también os haré bien por esto que habéis hecho.
Esfuércense pues ahora vues­tras manos, y sed valientes; pues que muerto Saúl vuestro señor, los de la casa de Judá me han ungido por rey sobre ellos.
Mas Abner hijo de Ner, general de ejército de Saúl, tomó a Isboset hijo de Saúl, e hízolo pasar al real:
Y alzólo por rey sobre Galaad, y sobre Gesur, y sobre Jezreel, y sobre Efraím, y sobre Benjamín, y sobre todo Israel.
10 De cuarenta años era Isboset hijo de Saúl, cuando comenzó a reinar sobre Israel; y reinó dos años. Pero la casa de Judá seguía a David.
11 Y fue el número de los días que David reinó en Hebrón sobre la casa de Judá, siete años y seis meses.
12 Y Abner hijo de Ner salió de Mahanaim a Gabaón con los siervos de Isboset hijo de Saúl.
13 Y Joab hijo de Sarvia, y los siervos de David, salieron y encontráronlos junto al estanque de Gabaón: y como se juntaron, paráronse los unos de la una parte del estanque, y los otros de la otra.
14 Y dijo Abner a Joab: Levántense ahora los mancebos, y maniobren delante de nosotros. Y Joab respondió: Levántense.
15 Entonces se levantaron, y en número de doce, pasaron de Benjamín de la parte de Isboset hijo de Saúl; y doce de los siervos de David.
16 Y cada uno echó mano de la cabeza de su compañero, y metióle su espada por el costado, cayendo así a una; por lo que fue llamado aquel lugar, Helcat-­asurim, el cual está en Gabaón.
17 Y hubo aquel día una batalla muy recia, y Abner y los hom­bres de Israel fueron vencidos de los siervos de David.
18 Y estaban allí los tres hijos de Sarvia: Joab, y Abisai, y Asael. Este Asael era suelto de pies como un corzo del campo.
19 El cual Asael siguió a Abner, yendo tras de él sin apartarse a diestra ni a siniestra.
20 Y Abner miró atrás, y dijo: ¿No eres tú Asael? Y él respon­dió: Sí.
21 Entonces Abner le dijo: Apártate a la derecha o a la izquierda, y agárrate alguno de los mancebos, y toma para ti sus despojos. Pero Asael no quiso apartarse de en pos de él.
22 Y Abner tornó a decir a Asael: Apártate de en pos de mí, porque te heriré derribándote en tierra, y después ¿cómo levantaré mi ros­tro a tu hermano Joab?
23 Y no queriendo él irse, hiriólo Abner con el regatón de la lanza por la quinta costilla, y salióle la lanza por las espaldas, y cayó allí, y murió en aquel mismo sitio. Y todos los que venían por aquel lugar donde Asael había caído y estaba muerto, se para­ban.
24 Mas Joab y Abisai siguieron a Abner; y púsoseles el sol cuando llegaron al collado de Amma, que está delante de Gía, junto al camino del desierto de Gabaón.
25 Y juntáronse los hijos de Benjamín en un escuadrón con Abner, y paráronse en la cumbre del collado.
26 Y Abner dio voces a Joab, diciendo: ¿Consumirá la espada perpetuamente? ¿no sabes tú que al cabo se sigue amargura? ¿hasta cuándo no has de decir al pueblo que se vuelvan de seguir a sus hermanos?
27 Y Joab respondió: Vive Dios que si no hubieras hablado, ya desde esta mañana el pueblo hubiera dejado de seguir a sus hermanos.
28 Entonces Joab tocó el cuerno, y todo el pueblo se detuvo, y no siguió más a los de Israel, ni peleó más.
29 Y Abner y los suyos camina­ron por la campiña toda aquella noche, y pasando el Jordán cru­zaron por todo Bitrón, y llegaron a Mahanaim.
30 Joab también volvió de seguir a Abner, y juntando todo el pueblo, faltaron de los siervos de David diecinueve hombres, y Asael.
31 Mas los siervos de David hirieron de los de Benjamín y de los de Abner, trescientos y sesen­ta hombres, que murieron. Tomaron luego a Asael, y sepul­táronlo en el sepulcro de su padre en Belem.
32 Y caminaron toda aquella noche Joab y los suyos, y ama­necióles en Hebrón.