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Y SERÁ que, cuando hubieres entrado en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da por heredad, y la poseyeres, y habitares en ella;
Entonces tomarás de las primi­cias de todos los frutos de la tie­rra, que sacares de tu tierra que el SEÑOR tu Dios te da, y lo pon­drás en un canastillo, e irás al lugar que el SEÑOR tu Dios escogiere para hacer habitar allí su nombre.
Y llegarás al sacerdote que fuere en aquellos días, y le dirás: Reconozco hoy al SEÑOR tu Dios que he entrado en la tierra que juró el SEÑOR a nuestros padres que nos había de dar.
Y el sacerdote tomará el canastillo de tu mano, y pondrálo delante del altar del SEÑOR tu Dios.
Entonces hablarás y dirás delante del SEÑOR tu Dios: Un siro a punto de perecer fue mi padre, el cual descendió a Egipto y peregrinó allá con pocos hom­bres, y allí creció en nación grande, fuerte y numerosa:
Y los egipcios nos maltrataron, y nos afligieron, y pusieron sobre nosotros dura servidumbre.
Y clamamos al SEÑOR Dios de nuestros padres; y oyó el SEÑOR nuestra voz, y vio nues­tra aflicción, y nuestro trabajo, y nuestra opresión:
Y sacónos el SEÑOR de Egipto con mano fuerte, y con brazo extendido, y con grande espanto, y con señales y con milagros:
Y trájonos a este lugar, y dió­nos esta tierra, tierra que fluye leche y miel.
10 Y ahora, he aquí, he traído las primicias del fruto de la tierra que me diste, oh SEÑOR. Y lo dejarás delante del SEÑOR tu Dios, e inclinarte has delante del SEÑOR tu Dios.
11 Y te alegrarás con todo el bien que el SEÑOR tu Dios te hubie­re dado a ti y a tu casa, tú y el levita, y el extranjero que está en medio de ti.
12 Cuando hubieres acabado de diezmar todo el diezmo de tus frutos en el año tercero, el año del diezmo, darás también al levita, al extranjero, al huérfano y a la viuda; y comerán en tus villas, y se saciarán.
13 Y dirás delante del SEÑOR tu Dios: Yo he sacado lo consagra­do de mi casa, y también lo he dado al levita, y al extranjero, y al huérfano, y a la viuda, confor­me a todos tus mandamientos que me ordenaste: no he traspa­sado tus mandamientos, ni me he olvidado de ellos:
14 No he comido de ello en mi luto, ni he sacado de ello en inmundicia, ni de ello he dado para mortuorio: he obedecido a la voz del SEÑOR mi Dios, he hecho conforme a todo lo que me has mandado.
15 Mira desde la morada de tu santidad, desde el cielo, y bendi­ce a tu pueblo Israel, y a la tierra que nos has dado, como juraste a nuestros padres, tierra que fluye leche y miel.
16 El SEÑOR tu Dios te manda hoy que cumplas estos estatutos y derechos; cuida, pues, de ponerlos por obra con todo tu corazón, y con toda tu alma.
17 Al SEÑOR has ensalzado hoy para que te sea por Dios, y para andar en sus caminos, y para guardar sus estatutos y sus man­damientos y sus derechos, y para oír su voz:
18 Y el SEÑOR te ha ensalzado hoy para que le seas su peculiar pueblo, como él te lo ha dicho, y para que guardes todos sus man­damientos;
19 Y para ponerte alto sobre todas las naciones que hizo, para loor, y fama, y gloria; y para que seas pueblo santo al SEÑOR tu Dios, como él ha dicho.