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Y TÚ, hijo del hombre, tómate un cuchillo agudo, una navaja de barbero toma, y hazla pasar sobre tu cabeza y tu barba: tómate después un peso de balanza, y reparte los pelos.
Una tercera parte quemarás con fuego en medio de la ciudad, cuando se cumplieren los días del cerco; y tomarás una tercera parte, y herirás con cuchillo alre­dedor de ella; y una tercera parte esparcirás al viento, y yo desen­vainaré espada en pos de ellos.
Tomarás también de allí unos pocos por cuenta, y los atarás en el canto de tu ropa.
Y tomarás otra vez de ellos, y los echarás en mitad del fuego, y en el fuego los quemarás: de allí saldrá el fuego en toda la casa de Israel.
Así ha dicho el Señor DIOS: Ésta es Jerusalem: púsela en medio de las naciones y de las tierras alrededor de ella.
Y ella mudó mis juicios y mis estatutos en impiedad más que las naciones, y más que las tie­rras que están alrededor de ella; porque desecharon mis juicios y mis estatutos, y no andu­vieron en ellos.
Por tanto, así ha dicho el Señor DIOS: ¿Por haberos multiplica­do más que a las naciones que están alrededor de vosotros, no habéis andado en mis manda­mientos, ni habéis guardado mis leyes? Ni aun según las leyes de las naciones que están alrededor de vosotros habéis hecho.
Así pues ha dicho el Señor DIOS: He aquí yo contra ti; sí, yo, y haré juicios en medio de ti a los ojos de las naciones.
Y haré en ti lo que nunca hice, ni jamás haré cosa semejante, a causa de todas tus abominacio­nes.
10 Por eso los padres comerán a los hijos en medio de ti, y los hijos comerán a sus padres; y haré en ti juicios, y esparciré a todos vientos todo tu remanente.
11 Por tanto, vivo yo, dice el Señor DIOS, ciertamente por haber violado mi santuario con todas tus abominaciones, te que­brantaré yo también: mi ojo no perdonará, ni tampoco tendré yo misericordia.
12 Una tercera parte de ti morirá de pestilencia, y de hambre será consumida en medio de ti; y una tercera parte caerá a espada alre­dedor de ti; y una tercera parte esparciré a todos los vientos, y tras ellos desenvainaré espada.
13 Y cumpliráse mi furor, y haré que repose en ellos mi enojo, y tomaré satisfacción: y sabrán que yo el SEÑOR he hablado en mi celo, cuando habré cumplido en ellos mi enojo.
14 Y te tornaré en desierto y en oprobio entre las naciones que están alrededor de ti, a los ojos de todo transeúnte.
15 Y serás oprobio, y escarnio, y escarmiento, y espanto a las naciones que están alrededor de ti, cuando yo hiciere en ti juicios en furor e indignación, y en reprensiones de ira. Yo el SEÑOR he hablado.
16 Cuando arrojare yo sobre ellos las perniciosas saetas del hambre, que serán para destruc­ción, las cuales enviaré para des­truiros, entonces aumentaré el hambre sobre vosotros, y que­brantaré entre vosotros el arrimo del pan.
17 Enviaré pues sobre vosotros hambre, y malas bestias que te destruyan; y pestilencia y sangre pasarán por ti; y meteré sobre ti espada. Yo el SEÑOR he habla­do.