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PASADAS estas cosas, en el reinado de Artajerjes rey de Persia, Esdras, hijo de Seraías, hijo de Azarías, hijo de Hilquías,
Hijo de Salum, hijo de Sadoc, hijo de Ahitob,
Hijo de Amarías, hijo de Azarías, hijo de Meraiot,
Hijo de Zeraías, hijo de Uzi, hijo de Buqui,
Hijo de Abisue, hijo de Finees, hijo de Eleazar, hijo de Aarón, primer sacerdote:
Este Esdras subió de Babilonia, el cual era escriba diligente en la ley de Moisés, que el SEÑOR Dios de Israel había dado; y con­cedióle el rey, según la mano del SEÑOR su Dios sobre él, todo lo que pidió.
Y subieron con él a Jerusalem de los hijos de Israel, y de los sacerdotes, y levitas, y cantores, y porteros, y netineos, en el séptimo año del rey Artajerjes.
Y llegó a Jerusalem en el mes quinto, el año séptimo del rey.
Porque el día primero del pri­mer mes fue el principio de la partida de Babilonia, y al prime­ro del mes quinto llegó a Jerusalem, según la buena mano de su Dios sobre él.
10 Porque Esdras había preparado su corazón para inquirir la ley del SEÑOR, y para hacer y enseñar a Israel mandamientos y jui­cios.
11 Y este es el traslado de la carta que dio el rey Artajerjes a Esdras, sacerdote escriba, escriba de las palabras mandadas del SEÑOR, y de sus estatutos a Israel:
12 Artajerjes, rey de los reyes, a Esdras el sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo: Paz perfecta: salud.
13 Por mí es dado mandamiento, que cualquiera que quisiere en mi reino, del pueblo de Israel y de sus sacerdotes y levitas, ir contigo a Jerusalem, vaya.
14 Porque de parte del rey y de sus siete consultores eres envia­do a inquirir acerca de Judea y Jerusalem, conforme a la ley de tu Dios que está en tu mano;
15 Y a llevar la plata y el oro que el rey y sus consultores volunta­riamente ofrecen al Dios de Israel, cuya morada está en Jerusalem;
16 Y toda la plata y el oro que hallares en toda la provincia de Babilonia, con las ofrendas voluntarias del pueblo y de los sacerdotes, que de su voluntad ofrecieren para la casa de su Dios que está en Jerusalem.
17 Comprarás pues prestamente con esta plata becerros, carneros, corderos, con sus presentes y sus libaciones, y los ofrecerás sobre el altar de la casa de vuestro Dios que está en Jerusalem.
18 Y lo que a ti y a tus hermanos pluguiere hacer de la otra plata y oro, hacedlo conforme a la voluntad de vuestro Dios.
19 Y los vasos que te son entre­gados para el servicio de la casa de tu Dios, los restituirás delante de Dios en Jerusalem.
20 Y lo demás necesario para la casa de tu Dios que te fuere menester dar, daráslo de la casa de los tesoros del rey.
21 Y por mí el rey Artajerjes es dado mandamiento a todos los tesoreros que están al otro lado del río, que todo lo que os demandare Esdras sacerdote, escriba de la ley del Dios del cielo, concédasele luego,
22 Hasta cien talentos de plata, y hasta cien coros de trigo, y hasta cien batos de vino, y hasta cien batos de aceite; y sal sin medida.
23 Todo lo que es mandado por el Dios del cielo, sea hecho pres­tamente para la casa del Dios del cielo: pues, ¿por qué habría de ser su ira contra el reino del rey y de sus hijos?
24 Y a vosotros os hacemos saber, que a todos los sacerdotes y levitas, cantores, porteros, netineos y ministros de la casa de Dios, ninguno pueda impo­nerles tributo, o pecho, o renta.
25 Y tú, Esdras, conforme a la sabiduría de tu Dios que tienes, pon jueces y gobernadores, que gobiernen a todo el pueblo que está del otro lado del río, a todos los que tienen noticia de las leyes de tu Dios; y al que no la tuviere, le enseñaréis.
26 Y cualquiera que no hiciere la ley de tu Dios, y la ley del rey, prestamente sea juzgado, o a muerte, o a desarraigo, o a pena de la hacienda, o a prisión.
27 Bendito el SEÑOR, Dios de nuestros padres, que puso tal cosa en el corazón del rey, para honrar la casa del SEÑOR que está en Jerusalem.
28 E inclinó hacia mí su miseri­cordia delante del rey y de sus consultores, y de todos los prín­cipes poderosos del rey. Y yo, confortado según la mano del SEÑOR mi Dios sobre mí, junté los principa­les de Israel para que subiesen conmigo.