28
¡AY de la corona de sober­bia, de los ebrios de Efraím, y de la flor caduca de la hermosura de su gloria, que está sobre la cabeza del valle fértil de los aturdidos del vino!
He aquí el Señor tiene un fuer­te y poderoso: como turbión de granizo y como torbellino tras­tornador; como ímpetu de recias aguas que inundan, con fuerza derriba a tierra.
Con los pies será hollada la corona de soberbia de los borra­chos de Efraím;
Y será la flor caduca de la her­mosura de su gloria que está sobre la cabeza del valle fértil, como la fruta temprana, la primera del verano, la cual, en vién­dola el que la mira, se la traga tan luego como la tiene a mano.
En aquel día el SEÑOR de los ejércitos será por corona de glo­ria y diadema de hermosura a las reliquias de su pueblo;
Y por espíritu de juicio al que se sentare en juicio, y por fortale­za a los que harán tornar la bata­lla hasta la puerta.
Mas también éstos erraron con el vino, y con la bebida fuerte se entonte­cieron; el sacerdote y el profeta erraron con la bebida fuerte, fueron tras­tornados del vino, aturdiéronse con la bebida fuerte, erraron en la visión, tropezaron en el juicio.
Porque todas las mesas están llenas de vómito y suciedad, hasta no haber lugar limpio.
¿A quién se enseñará conoci­miento, o a quién se hará enten­der doctrina? ¿A los quitados de la leche? ¿a los arrancados de los pechos?
10 Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá:
11 Porque en lengua de tartamu­dos, y en extraña lengua hablará a este pueblo,
12 A los cuales él dijo: Éste es el reposo: dad reposo al cansado; y éste es el refrigerio: mas no qui­sieron oír.
13 La palabra pues del SEÑOR les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; que vayan y caigan de espaldas, y sean quebranta­dos, y enlazados, y presos.
14 Por tanto, varones burladores, que estáis enseñoreados sobre este pueblo que está en Jerusalem, oíd la palabra del SEÑOR.
15 Porque habéis dicho: Concierto tenemos hecho con la muerte, e hicimos acuerdo con el infierno; cuando pasare el turbión del azote, no llegará a nosotros, porque hemos puesto nuestro refugio en la mentira, y debajo la falsedad nos hemos escondido:
16 Por tanto, el Señor DIOS dice así: He aquí, yo pongo en Sión por fundamento una piedra, una piedra probada, piedra preciosa del ángulo, un fundamento seguro: el que creyere, no se apresurará.
17 Y ajustaré el juicio a cordel, y a nivel la justicia; y granizo barrerá la acogida de la mentira, y aguas arrollarán el escondrijo.
18 Y será anulado vuestro con­cierto con la muerte, y vuestro acuerdo con el infierno no será firme: cuando pasare el turbión del azote, seréis de él hollados.
19 Luego que comenzare a pasar, él os arrebatará; porque de maña­na de mañana pasará, de día y de noche; y será que el espanto sola­mente haga entender lo oído.
20 Porque la cama es tan angos­ta que no basta, y la cubierta estrecha para recoger.
21 Porque el SEÑOR se levantará como en el monte Perasim, como en el valle de Gabaón se enojará; para hacer su obra, su extraña obra, y para hacer su operación, su extraña operación.
22 Ahora pues, no os burléis, porque no se aprieten más vues­tras ataduras: porque consuma­ción y acabamiento sobre toda la tierra he oído del Señor DIOS de los ejércitos.
23 Estad atentos, y oíd mi voz; estad atentos, y oíd mi dicho.
24 El que ara para sembrar, ¿arará todo el día; romperá y quebrará los terrones de la tierra?
25 Después que hubiere igualado su superficie, ¿no derramará la neguilla, sembrará el comino, pondrá el trigo por su orden, y la cebada en su señal, y la avena en su término?
26 Porque su Dios le instruye, y le enseña a juicio;
27 Que la neguilla no se trillará con trillo, ni sobre el comino rodará rueda de carreta; sino que con un palo se sacude la neguilla, y el comino con una vara.
28 El pan se trilla; mas no siem­pre lo trillará, ni lo comprimirá con la rueda de su carreta, ni lo quebrantará con los dientes de su trillo.
29 También esto salió del SEÑOR de los ejércitos, para hacer maravilloso el consejo y engrandecer la sabiduría.