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HE aquí que en justicia reina- rá un rey, y príncipes presidirán en juicio.
Y será aquel varón como escondedero contra el viento, y como acogida contra el turbión; como arroyos de aguas en tierra de sequedad, como sombra de gran roca en tierra calurosa.
No se ofuscarán entonces los ojos de los que ven, y los oídos de los oyentes oirán atentos.
Y el corazón de los necios entenderá el conocimiento, y la lengua de los tartamudos será desen­vuelta para hablar claramente.
El mezquino nunca más será llamado liberal, ni será dicho generoso el avariento.
Porque el mezquino hablará mezquindades, y su corazón fabricará iniquidad, para hacer la impiedad y para hablar escarnio contra el SEÑOR, dejando vacía el alma hambrienta, y quitando la bebida al sediento.
Cierto los avaros malas medi­das tienen: él maquina pensa­mientos para enredar a los sim­ples con palabras cautelosas, y para hablar en juicio contra el pobre.
Mas el liberal pensará liberalidades, y por liberalidades subirá.
Mujeres reposadas, levantaos, oíd mi voz; confiadas, escuchad mi razón.
10 Días y años tendréis espanto, oh confiadas; porque la vendimia faltará, y la cosecha no acudirá.
11 Temblad, oh reposadas; tur­baos, oh confiadas: despojaos, desnudaos, ceñid los lomos con cilicio.
12 Sobre los pechos lamentarán por los campos deleitosos, por la vid fértil.
13 Sobre la tierra de mi pueblo subirán espinas y cardos; y aun sobre todas las casas de placer en la ciudad de alegría.
14 Porque los palacios serán desiertos, la multitud de la ciudad cesará: las torres y fortalezas se tornarán cuevas para siempre, donde huelguen asnos monteses, y ganados hagan majada:
15 Hasta que sobre nosotros sea derramado espíritu de lo alto, y el desierto se torne en campo labra­do, y el campo labrado sea esti­mado por bosque.
16 Y habitará el juicio en el desierto, y en el campo labrado asentará la justicia.
17 Y el efecto de la justicia será paz; y la labor de justicia, reposo y seguridad para siempre.
18 Y mi pueblo habitará en morada de paz, y en habitaciones seguras, y en recreos de reposo.
19 Y el granizo, cuando descen­diere, será en los montes; y la ciudad será del todo abatida.
20 Dichosos vosotros los que sembráis sobre todas aguas, y metéis en ellas el pie de buey y de asno.