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PORQUE he aquí, viene el día ardiente como un horno; y todos los soberbios, y todos los que hacen maldad, serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho el SEÑOR de los ejércitos, el cual no les dejará ni raíz ni rama.
Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de jus­ticia, y en sus alas traerá salva­ción: y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.
Y hollaréis a los malos, los cua­les serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día que yo lo haré, dice el SEÑOR de los ejércitos.
Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb estatutos y juicios para todo Israel.
He aquí, yo os envío a Elías el profeta, antes que venga el día del SEÑOR grande y terrible.
Y él volverá el corazón de los padres a los hijos, y el corazón de los hijos a sus padres: no sea que yo venga y con maldición hiera la tierra.