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Y ACONTECERÁ en los postreros tiempos, que el monte de la casa del SEÑOR será constituído por cabecera de montes, y más alto que los collados, y correrán a él pueblos.
Y vendrán muchas naciones, y dirán: Venid, y subamos al monte del SEÑOR, y a la casa del Dios de Jacob; y enseñarános en sus caminos, y andaremos por sus veredas: porque de Sión saldrá la ley, y de Jerusalem la palabra del SEÑOR.
Y juzgará entre muchos pue­blos, y corregirá fuertes naciones hasta muy lejos: y martillarán sus espadas para azadones, y sus lan­zas para hoces: no alzará espada nación contra nación, ni más se ensayarán para la guerra.
Y cada uno se sentará debajo de su vid y debajo de su higuera, y no habrá quien amedrente: por­que la boca del SEÑOR de los ejércitos lo ha hablado.
Bien que todos los pueblos anduvieren cada uno en el nom­bre de sus dioses, nosotros con todo andaremos en el nombre del SEÑOR nuestro Dios para siem­pre y eternalmente.
En aquel día, dice el SEÑOR, juntaré la coja, y recogeré la amontada, y a la que afligí;
Y pondré a la coja para suce­sión, y a la descarriada para nación robusta: y el SEÑOR rei­nará sobre ellos en el monte de Sión desde ahora para siempre.
Y tú, oh torre del rebaño, la for­taleza de la hija de Sión vendrá hasta ti: y el señorío primero, el reino vendrá a la hija de Jerusalem.
Ahora ¿por qué gritas tanto? ¿No hay rey en ti? ¿Pereció tu consejero, que te ha tomado dolor como de mujer de parto?
10 Duélete y gime, hija de Sión como mujer de parto; porque ahora saldrás de la ciudad, y mora­rás en el campo, y llegarás hasta Babilonia: allí serás librada, allí te redimirá el SEÑOR de la mano de tus enemigos.
11 Ahora también se han juntado muchas naciones contra ti, y dicen: Sea profanada, y vean nuestros ojos su deseo sobre Sión.
12 Mas ellos no conocieron los pensamientos del SEÑOR, ni entendieron su consejo: por lo cual los juntó como gavillas en la era.
13 Levántate y trilla, oh hija de Sión, porque tu cuerno tornaré de hierro, y tus pezuñas de latón, y desmenuzarás muchos pueblos; y consagraré al SEÑOR su ganancia, y su sustancia al Señor de toda la tierra.