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El SEÑOR reina, tiemblen los pueblos: él está sentado entre los querubines, conmuévase la tierra.
El SEÑOR en Sión es grande, y ensalzado sobre todos los pue­blos.
Alaben tu nombre grande y tre­mendo: él es santo.
Y la gloria del rey ama el jui­cio: tú confirmas la rectitud; tú has hecho en Jacob juicio y justi­cia.
Ensalzad al SEÑOR nuestro Dios, y encorvaos al estrado de sus pies: él es santo.
Moisés y Aarón entre sus sacerdotes, y Samuel entre los que invocaron su nombre; invo­caban al SEÑOR, y él les res­pondía.
En columna de nube hablaba con ellos: guardaban sus testimo­nios, y la ordenanza que les había dado.
Oh SEÑOR Dios nuestro, tú les respondías: tú les fuiste un Dios perdonador, y vengador de sus obras.
Ensalzad al SEÑOR nuestro Dios, y adorad al monte de su santidad; porque el SEÑOR nuestro Dios es santo.