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¡El Señor es un Dios de venganza! Dios de venganza, ¡manifiéstate!* El resplandor de la venganza de Dios es un llamado a la demostración de la justicia y la rectitud. La venganza, cuando se aplica a Dios, no debe tomarse como una acción vengativa de represalia como la de los seres humanos cuando se vengan. Es, en cambio, una afirmación de lo que es correcto, corrige los errores y se asegura de que haya una solución al problema del mal.
Levántate, juez de la tierra, y dales a los orgullosos lo que merecen.
¿Por cuánto tiempo más, Señor? ¿Por cuánto tiempo más celebrarán los malvados en triunfo?
¿Por cuánto tiempo más los dejarás esparcir por ahí sus palabras arrogantes? ¿Por cuánto tiempo más irá por ahí alardeándose esta gente mala?
Señor, ellos aplastan a tu pueblo; oprimen a aquellos que llamas tuyos.
Matan viudas y extranjeros; asesinan huérfanos.
Dicen, “El Señor no puede ver lo que estamos haciendo. El Dios de Israel no nos presta atención”.
Presten atención, ¡Gente necia! Tontos, ¿Cuándo van a entender?
¿Creen que el creador del oído no puede oír? ¿Acaso creen que el creador de los ojos no puede ver?
10 ¿Creen que el que castiga a todas las naciones no los castigará también? O, ¿Creen que el que les enseña a los seres humanos sobre el conocimiento no sabe nada? “No sabe nada:” implícito.
11 El Señor conoce los pensamientos de los seres humanos, él sabe que no tienen sentido.
12 Aquellos que disciplinas son felices, Señor; aquellos a los que enseñas en tu ley.
13 Les das paz en los días atribulados, hasta que el pozo esté cavado para atrapar al malo.
14 Porque el Señor no se rendirá con su pueblo; él no abandonará a los suyos.
15 La justicia será basada otra vez en lo que es correcto; los verdaderos de corazón lo apoyarán.
16 ¿Quién vino en mi defensa contra los malvados; quién se opuso por mí contra los que hacen el mal?
17 Si el Señor no me hubiera ayudado, pronto hubiera descendido al silencio de la tierra.
18 Grité, “¡Mi pie resbala!” y tu gran amor, Señor, me impidió caer.
19 Cuando mi mente está llena de preocupaciones, tú me confortas y me animas.
20 ¿Pueden los jueces injustos realmente estar de tu lado, Señor? ¿Aun cuando su corrupción de la ley causa miseria?
21 Ellos trabajan juntos para destruir a la gente buena; condenan a gente inocente a muerte.
22 Pero el Señor me protege como un escudo; mi Señor es la roca que me mantiene a salvo.
23 Volverá la maldad de los malos sobre ellos; los destruirá por causa de su pecado; el Señor nuestro Dios los destruirá.

*94.1 El resplandor de la venganza de Dios es un llamado a la demostración de la justicia y la rectitud. La venganza, cuando se aplica a Dios, no debe tomarse como una acción vengativa de represalia como la de los seres humanos cuando se vengan. Es, en cambio, una afirmación de lo que es correcto, corrige los errores y se asegura de que haya una solución al problema del mal.

94.10 “No sabe nada:” implícito.