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Un cántico para los peregrinos que van a Jerusalén.
1 Señor, clamo a ti desde lo más profundo de mi dolor.*“De mi dolor”: implícito.
2 Por favor escucha mi llanto, presta atención a lo que pido.
3 Señor, si guardaras una lista de nuestros pecados, ¿Quién podría escapar de ser condenado?
4 Pero tú eres un Dios perdonador y por eso debes ser respetado.
5 Yo espero en el Señor, espero ansiosamente, porque confío en su palabra.
6 Anhelo que el Señor vuelva, más que los vigilantes añorando el amanecer.
7 Israel, deposita tus esperanzas en el Señor, porque el Señor nos ama con su inmenso amor, y su salvación no conoce límites.
8 Él redimirá a Israel de todos sus pecados.