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Un cántico de los peregrinos que van a Jerusalén. Un salmo de David
¡Cuán bueno y delicioso es que las personas vivan juntas en armonía!
Es tan precioso como el aceite utilizado para ungir a Aarón, deslizándose desde su cabeza hasta su barba, y sobre sus vestiduras.
Es como el rocío de Hermón que cae sobre las montañas de Sión. Es ahí donde Dios da su bendición y la vida eterna.