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Un Salmo de David.
Alaben al Señor. Él es mi roca. Él me entrena para la batalla y me da destreza para la guerra.
Él me ama, me protege, y me defiende. Él es quien me rescata del peligro y me mantiene a salvo. Él somete a las naciones bajo mi dominio.
Señor, ¿Qué somos los seres humanos para que nos mires? ¿Qué somos los mortales para que te preocupes por nosotros?
La humanidad es como un suspiro. Sus vidas son como una sombra pasajera.
Abre tus cielos y desciende, Señor.* Ver Salmos 18:9. Toca las montañas para que echen humo.
¡Dispersa a tus enemigose con relámpagos! ¡Dispara tus flechas y hazlos huir confundidos!
Extiende tu mano desde el cielo y libérame. Rescátame de las aguas profundas, y de la opresión de los enemigos extranjeros.
Ellos son mentirosos, y hablan con engaño aún bajo juramento. Literalmente, “su diestra es una mano de falsedad”—refiriéndose a la práctica de levantar la mano derecho al hacer un juramento.
Dios, a tu cantaré una canción nueva, acompañada de un arpa de 10 cuerdas,
10 solo para ti, el que da victoria a los reyes. Tú salvaste a tu siervo David de la muerte por espada.
11 Libérame. Rescátame de la opresión de enemigos de otras naciones. Ellos son mentirosos y hablan con engaños aún bajo juramento.
12 Entonces nuestros hijos crecerán como plantas durante su juventud, y se volverán maduros; y nuestras hijas serán hermosas como los pilares tallados de un palacio.
13 Nuestros graneros estarán llenos de toda clase de cosechas; nuestros rebaños de ovejas crecerán de a miles y hasta de diez miles en los pastos.
14 Nuestros bueyes engordarán. Nadie derribará los muros de nuestra ciudad y no habrá exilio, ni lamentos en las plazas de nuestras ciudades.
15 Los que viven así serán felices. Felices son los que tienen a Dios como su Señor.

*144.5 Ver Salmos 18:9.

144.8 Literalmente, “su diestra es una mano de falsedad”—refiriéndose a la práctica de levantar la mano derecho al hacer un juramento.