V1602P
Juan
1
EN el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios.
Éste era en el principio con Dios.
Todas las cosas por él fueron hechas; y sin él nada de lo que es hecho, fue hecho.
En él era la vida; y la vida era la Luz de los hombres.
Y la Luz en las tinieblas resplandece; y las tinieblas no la comprendieron.
Fue un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.
Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la Luz, para que por él todos creyesen.
Él no era la Luz; mas fue enviado para que diese testimonio de la Luz.
Aquél era la Luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene en este mundo.
10 En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él, y el mundo no le conoció.
11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.
12 Mas a todos los que le recibieron, dióles potestad de ser hechos hijos de Dios, a los que creen en su nombre:
13 Los cuales nacieron, no de sangre, ni de voluntad de la carne, ni de voluntad de hombre, sino de Dios.
14 Y la Palabra fue hecha carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.
15 Juan dio testimonio de él, y clamó, diciendo: Éste era aquél de quien yo decía: El que viene tras es preferido antes que yo; porque era primero que yo.
16 Y de su plenitud todos nosotros hemos recibido, y gracia por gracia.
17 Porque la ley fue dada por Moisés, mas la gracia y la verdad vino por Cristo Jesús.
18 Nadie jamás ha visto a Dios; el unigénito Hijo que está en el seno del Padre, él lo ha declarado.
19 Y éste es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalem sacerdotes y levitas, que le preguntasen: ¿, quién eres?
20 Y confesó, y no negó; mas confesó: Yo no soy el Cristo.
21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres Elias? Dijo: No soy. ¿Eres el profeta? Y respondió: No.
22 Entonces ellos le dijeron: ¿Quién eres? para que podamos dar una respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
23 Él dijo: Yo soy la voz del que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
24 Y los que habían sido enviados eran de los fariseos.
25 Y ellos le preguntaron, y le dijeron: ¿Por qué pues bautizas, si no eres el Cristo, ni Elías, ni aquel profeta?
26 Juan les respondió, diciendo: Yo bautizo en agua; mas en medio de vosotros está de pie uno, a quien vosotros no conocéis:
27 Éste es el que viniendo después de , el cual es preferido antes que yo, del cual yo no soy digno de desatar la correa de zapato.
28 Estas cosas fueron hechas en Betábara de la otra parte del Jordán, donde Juan estaba bautizando.
29 El siguiente día ve Juan a Jesús que venía a él, y dice: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.
30 Éste es aquel de quien yo dije: Trasviene un varón el cual es preferido antes que yo, porque era primero que yo.
31 Y yo no le conocía; mas para que fuese manifestado a Israel, por eso vine yo bautizando en agua.
32 Y Juan dio testimonio, diciendo: Vi al Espíritu descendiendo del cielo como paloma, y reposó sobre él.
33 Y yo no le conocía; mas el que me envió a bautizar en agua, éste me dijo: Sobre aquel que vieres descender el Espíritu, y reposar sobre él, éste es el que bautiza con el Espíritu Santo.
34 Y yo vi, y di testimonio, que éste es el Hijo de Dios.
35 El siguiente día otra vez estaba Juan de pie, y dos de sus discípulos.
36 Y mirando a Jesús que andaba por allí, dice: He aquí el Cordero de Dios.
37 Y oyéronle los dos discípulos hablar, y siguieron a Jesús.
38 Entonces Jesús se volvió y viéndoles que le seguían, les dice: ¿Qué buscáis? Y ellos le dijeron: Rabí, (que interpretado, quiere decir, Maestro), ¿dónde moras?
39 Díceles: Venid, y ved. Vinieron, y vieron donde moraba; y quedáronse con él aquel día; porque era como la hora décima.
40 Uno de los dos que habían oído a Juan, y le siguieron, era Andrés, hermano de Simón Pedro.
41 Éste halla primero a su propio hermano Simón, y le dice: Hemos hallado al Mesías, que interpretado es, el Cristo.
42 Y le trajo a Jesús. Y mirándole Jesús, dijo: eres Simón, hijo de Jonás: serás llamado Cefas, que interpretado es, Piedra. 43 El día siguiente quiso Jesús ir a Galilea, y halla a Felipe; y le dice: Sígueme.
44 Y Felipe era de Betsaida, la ciudad de Andrés y de Pedro.
45 Felipe halla a Natanael, y le dice: Hemos hallado a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas: Jesús de Nazaret, el hijo de José.
46 Y le dijo Natanael: ¿De Nazaret puede salir alguna cosa buena? Dícele Felipe: Ven, y ve.
47 Jesús vio venir a a Natanael, y dice de él: He aquí un verdadero israelita, en el cual no hay engaño. 48 Dícele Natanael: ¿De dónde me conoces? Respondióle Jesús, y le dijo: Antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi. 49 Respondió Natanael, y le dijo: Rabí, tú eres el Hijo de Dios; tú eres el Rey de Israel.
50 Respondió Jesús, y le dijo: ¿Porque te dije: Te vi debajo de la higuera, crees? cosas mayores que éstas verás.
51 Y le dice: De cierto, de cierto os digo: De aquí adelante veréis el cielo abierto, y los ángeles de Dios subiendo y descendiendo sobre el Hijo del hombre.
2
Y AL tercer día hubo una boda en Caná de Galilea; y estaba allí la madre de Jesús.
Y fue también llamado Jesús, y sus discípulos a la boda.
Y cuando faltó el vino, la madre de Jesús le dijo: No tienen vino.
Y le dice Jesús: ¿Qué tengo yo que ver contigo mujer? Aún no ha venido mi hora.
Su madre dice a los que servían: Haced todo lo que él os dijere.
Y estaban puestas allí seis tinajas de piedra para agua, conforme a la purificación de los judíos, que cabía en cada una dos o tres cántaros.
Díceles Jesús: Llenad estas tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba.
Y díceles: Sacad ahora, y llevad al maestresala. Y lleváronselo.
Y cuando el maestresala gustó el agua hecha vino, y no sabía de dónde era (mas lo sabían los siervos que habían sacado el agua), el maestresala llama al desposado,
10 Y le dice: Todo hombre pone primero el buen vino; y cuando han bebido bien, entonces lo que es peor; mas has guardado el buen vino hasta ahora.
11 Este principio de milagros hizo Jesús en Caná de Galilea, y manifestó su gloria; y sus discípulos creyeron en él.
12 Después de esto descendió a Capernaum, él, y su madre, y sus hermanos, y sus discípulos, y estuvieron allí no muchos días.
13 Y estaba cerca la pascua de los judíos, y subió Jesús a Jerusalem.
14 Y halló en el templo a los que vendían bueyes, y ovejas, y palomas, y a los cambiadores de dinero sentados.
15 Y cuando hubo hecho un azote de cuerdas, echólos a todos del templo, y las ovejas, y los bueyes, y derramó los dineros de los cambiadores, y trastornó las mesas.
16 Y a los que vendían las palomas dijo: Quitad de aquí estas cosas, y no hagáis la casa de mi Padre casa de mercadería.
17 Entonces se acordaron sus discípulos que estaba escrito: El celo de tu casa me ha comido.
18 Y los judíos respondieron, y le dijeron: ¿Qué señal nos muestras, siendo así que haces estas cosas?
19 Respondió Jesús, y les dijo: Destruid este templo, y en tres días yo lo levantaré.
20 Dijeron luego los judíos: En cuarenta y seis años fue este templo edificado, ¿Y en tres días lo levantarás?
21 Mas él hablaba del templo de su cuerpo.
22 Por tanto cuando resucitó de entre los muertos, sus discípulos se acordaron que les había dicho esto, y creyeron a la Escritura, y a la palabra que Jesús había dicho.
23 Y estando él en Jerusalem en la pascua, en el día de la fiesta, muchos creyeron en su nombre, viendo los milagros que hacía.
24 Mas el mismo Jesús no se confiaba a mismo de ellos, porque él conocía a todos,
25 Y no tenía necesidad que nadie le diese testimonio del hombre; porque él sabía lo que había en el hombre.
3
Y HABÍA un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, príncipe de los judíos.
Éste vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, nosotros sabemos que eres un maestro venido de Dios; porque nadie puede hacer estos milagros que haces, si no estuviere Dios con él.
Respondió Jesús, y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios.
Dícele Nicodemo: ¿Cómo puede el hombre nacer, siendo viejo? ¿puede entrar segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.
No te maravilles de que te dije: Os es menester nacer otra vez.
El viento de donde quiere sopla; y oyes su sonido, mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va: así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Respondió Nicodemo, y le dijo: ¿Cómo pueden estas cosas hacerse?
10 Respondió Jesús, y le dijo: ¿ eres un maestro de Israel, y no sabes estas cosas?
11 De cierto, de cierto te digo, que lo que sabemos hablamos; y testificamos lo que hemos visto, y vosotros no recibís nuestro testimonio.
12 Si os he dicho cosas terrenales, y no creéis: ¿cómo creeréis, si os dijere cosas celestiales?
13 Y nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo, es a saber, el Hijo del hombre, que está en el cielo.
14 Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es menester que el Hijo del hombre sea levantado;
15 Para que todo aquel que en él cree, no perezca, mas tenga vida eterna.
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito; para que todo aquel que en él cree, no perezca, mas tenga vida eterna.
17 Porque no envió Dios a su Hijo al mundo, para condenar al mundo; sino para que el mundo sea salvo por él.
18 El que en él cree, no es condenado; mas el que no cree, ya es condenado; porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
19 Y ésta es la condenación, que la luz ha venido al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz; porque sus obras eran malas.
20 Porque todo aquel que hace lo malo, aborrece la luz, y no viene a la luz, porque sus obras no sean redargüidas.
21 Mas el que obra verdad, viene a la luz, para que sus obras sean manifiestas, que son hechas en Dios.
22 Después de estas cosas, vino Jesús y sus discípulos a la tierra de Judea; y estaba allí con ellos, y bautizaba.
23 Y estaba bautizando también Juan en Enón junto a Salim, porque había allí muchas aguas; y venían, y eran bautizados.
24 Porque aún Juan no había sido echado en la cárcel.
25 Y se movió una cuestión entre algunos de los discípulos de Juan y los judíos acerca de la purificación.
26 Y vinieron a Juan, y le dijeron: Rabí, el que estaba contigo de la otra parte del Jordán, del cual diste testimonio, he aquí, éste bautiza, y todos vienen a él.
27 Respondió Juan, y dijo: No puede el hombre recibir nada si no le fuere dado del cielo.
28 Vosotros mismos me sois testigos que dije: Yo no soy el Cristo; mas soy enviado delante de él.
29 El que tiene la desposada, es el desposado; mas el amigo del desposado, que está de pie y le oye, se goza grandemente de la voz del desposado. Así, pues, este mi gozo es cumplido.
30 Es menester que él crezca, mas que yo disminuya.
31 El que de arriba viene, sobre todos es: el que es de la tierra, terreno es, y cosas terrenas habla: el que viene del cielo, sobre todos es.
32 Y lo que ha visto y oído, esto testifica; y nadie recibe su testimonio.
33 El que ha recibido su testimonio, ha puesto su sello a esto, que Dios es verdadero;
34 Porque el que Dios ha enviado, las palabras de Dios habla; porque no le da Dios el Espíritu por medida.
35 El Padre ama al Hijo, y le ha dado todas las cosas en su mano.
36 El que cree en el Hijo tiene vida eterna; mas el que no cree al Hijo no verá la vida; sino que la ira de Dios está sobre él.
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