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Ella
Soy una rosa de Sarón, una flor de los valles.
Él
Como el lirio de flores entre las espinas, así es mi amor entre las doncellas.
Ella
Como el manzano entre los árboles del bosque, así es mi amado entre los jóvenes. Tomé mi descanso bajo su sombra con gran placer, y su fruta era dulce a mi gusto.
Me llevó a la casa del vino, y su bandera sobre fue amor.
Hazme fuerte con los pasteles de pasa, consuélame con las manzanas; Estoy enferma de amor.
Su mano izquierda está debajo de mi cabeza, y su mano derecha está alrededor de mí.
Él
Prometanme, oh hijas de Jerusalén, por las gacelas y las ciervas del campo, que no muevan ni levanten a mi amor hasta que quiera.
Segundo canto
Ella
¡La voz de mi ser amado! Mira, él viene saltando en las montañas, brincando sobre las colinas.
Mi ser querido es como un venado; Mira, él está al otro lado de nuestra pared, está mirando hacia las ventanas, dejándose ver a través de los enrejados.
10 Mi amado me dijo: Levántate, amor mío, y ven conmigo.
11 Porque, mira, el invierno ha pasado, la lluvia ha terminado y se ha ido;
12 Las flores han venido sobre la tierra; Ha llegado el tiempo de la canción de los pájaros Ha llegado el momento de cortar las vides, y la voz de la paloma está sonando en nuestra tierra;
13 La higuera saca su fruto verde y las vides en flor dan buen olor. Levántate de tu cama, hermosa mía, y ven conmigo.
14 Oh paloma mía, tú estás en las hendiduras de las laderas de las montañas, en las grietas de los montes altos; Déjame ver tu rostro, que tu voz llegue a mis oídos; porque dulce es tu voz, y tu rostro es hermoso.
Los Dos
15 Agarren las zorras, las pequeñas zorras, que dañan nuestros viñedos; pues nuestras viñas están en flor.
Ella
16 Mi amado es mío, y yo soy suya: él pastorea su rebaño entre las flores.
17 Hasta que llegue la noche, y el cielo se oscurezca lentamente, vuelve, mi amado, y sea como un venado en las montañas de Beter.