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He aquí que un rey reinará con justicia,
y los príncipes gobernarán con justicia.
El hombre será como un escondite del viento,
y una cobertura de la tormenta,
como corrientes de agua en un lugar seco,
como la sombra de una gran roca en una tierra cansada.
Los ojos de los que ven no se oscurecerán,
y los oídos de los que oyen escucharán.
El corazón de los temerarios comprenderá el conocimiento,
y la lengua de los tartamudos estará lista para hablar con claridad.
El necio ya no será llamado noble,
ni el canalla sea muy respetado.
Porque el necio dirá tonterías,
y su corazón obrará la iniquidad,
para practicar la blasfemia,
y a proferir errores contra Yahvé,
para dejar vacía el alma del hambriento,
y para hacer fracasar la bebida del sediento.
Los caminos del canalla son malos.
Idea planes perversos para destruir a los humildes con palabras mentirosas,
incluso cuando el necesitado habla bien.
Pero el noble concibe cosas nobles,
y continuará en las cosas nobles.
 
¡Levántense, mujeres que están tranquilas! ¡Escuchad mi voz!
Hijas descuidadas, prestad atención a mi discurso.
10 Por días más allá de un año seréis turbadas, mujeres descuidadas;
para la vendimia fallará.
La cosecha no llegará.
11 ¡Temblad, mujeres que estáis a gusto!
¡Preocúpense, descuidados!
Desnúdense, desnúdense,
y ponte un saco en la cintura.
12 Golpea tus pechos por los campos agradables,
para la vid fructífera.
13 En la tierra de mi pueblo surgirán espinas y cardos;
, en todas las casas de la alegría de la ciudad alegre.
14 Porque el palacio será abandonado.
La populosa ciudad quedará desierta.
La colina y la atalaya serán para siempre guaridas,
una delicia para los burros salvajes,
un pasto de rebaños,
15 hasta que el Espíritu sea derramado sobre nosotros desde lo alto,
y el desierto se convierte en un campo fructífero,
y el campo fructífero se considera un bosque.
 
16 Entonces la justicia habitará en el desierto;
y la justicia permanecerá en el campo fructífero.
17 La obra de la justicia será la paz,
y el efecto de la rectitud, la tranquilidad y la confianza para siempre.
18 Mi pueblo vivirá en paz,
en viviendas seguras,
y en lugares de descanso tranquilos,
19 aunque el granizo aplane el bosque,
y la ciudad es arrasada por completo.
20 Benditos seáis los que sembráis junto a todas las aguas,
que envían las patas del buey y del asno.