111
¡Alabado sea Yah! *
Daré gracias a Yahvé con todo mi corazón,
en el consejo de los rectos, y en la congregación.
Las obras de Yahvé son grandes,
que se deleitan en ellas.
Su obra es el honor y la majestad.
Su justicia es eterna.
Ha hecho que se recuerden sus maravillosas obras.
Yahvé es clemente y misericordioso.
Ha dado de comer a los que le temen.
Siempre recuerda su pacto.
Ha mostrado a su pueblo el poder de sus obras,
en darles la herencia de las naciones.
Las obras de sus manos son la verdad y la justicia.
Todos sus preceptos son seguros.
Están establecidos por siempre y para siempre.
Se hacen con verdad y rectitud.
Ha enviado la redención a su pueblo.
Él ha ordenado su pacto para siempre.
Su nombre es santo y asombroso.
10 El temor de Yahvé es el principio de la sabiduría.
Todos los que hacen su trabajo tienen una buena comprensión.
Su alabanza es eterna.
* 111:1 El Salmo 111 es un poema acróstico, en el que cada verso, después del “¡Alabado sea Yah!” inicial, comienza con una letra del alfabeto (ordenada de Alef a Tav).