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Para el músico principal. Un salmo de David.
Yahvé, tú me has buscado,
y tú me conoces.
sabes que me siento y me levanto.
Percibes mis pensamientos desde lejos.
Buscas mi camino y mi descanso,
y están familiarizados con todos mis caminos.
Porque no hay una palabra en mi lengua,
pero he aquí, Yahvé, quelo sabes todo.
Me rodeas por detrás y por delante.
Me pusiste la mano encima.
Este conocimiento me supera.
Es elevado.
No puedo conseguirlo.
¿A dónde podría ir desde tu Espíritu?
¿O dónde podría huir de tu presencia?
Si subo al cielo, tú estás allí.
Si hago mi cama en el Seol,* ¡he aquí que estás tú!
Si tomo las alas de la aurora,
y se asientan en los confines del mar,
10 hasta allí me llevará tu mano,
y tu mano derecha me sostendrá.
11 Si digo: “Seguramente las tinieblas me abrumarán.
La luz que me rodea será la noche”.
12 ni siquiera la oscuridad se esconde de ti,
pero la noche brilla como el día.
La oscuridad es como la luz para ti.
13 Porque tú formaste mi ser más íntimo.
Me tejiste en el vientre de mi madre.
14 Te daré las gracias,
porque estoy hecho de manera temible y maravillosa.
Sus obras son maravillosas.
Mi alma lo sabe muy bien.
15 Mi marco no se ocultó de ti,
cuando me hicieron en secreto,
tejidas en las profundidades de la tierra.
16 Tus ojos vieron mi cuerpo.
En su libro estaban todos escritos,
los días que fueron ordenados para ,
cuando todavía no había ninguno.
17 ¡Qué preciosos son para mí tus pensamientos, Dios!
¡Qué enorme es su suma!
18 Si quisiera contarlos, son más numerosos que la arena.
Cuando me despierto, todavía estoy contigo.
19 Si tú, Dios, mataras a los malvados.
¡Aléjense de mí, sanguinarios!
20 Porque hablan contra ti con maldad.
Tus enemigos toman tu nombre en vano.
21 Yahvé, ¿no odio a los que te odian?
¿No estoy afligido por los que se levantan contra ti?
22 Los odio con un odio perfecto.
Se han convertido en mis enemigos.
23 Escúchame, Dios, y conoce mi corazón.
Pruébame y conoce mis pensamientos.
24 Mira si hay algún camino perverso en mí,
y guíame por el camino eterno.
* 139:8 El Seol es el lugar de los muertos.