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Para el músico principal. Con la melodía de “El Lirio de la Alianza”. Un poema didáctico de David, cuando luchó con Aram Naharaim y con Aram Zobah, y Joab volvió, y mató a doce mil de Edom en el Valle de la Sal.
Dios, nos has rechazado.
Nos has destrozado.
Te has enfadado.
Restablézcanos, de nuevo.
Has hecho temblar la tierra.
Lo has roto.
Arreglar sus fracturas,
porque tiembla.
Has mostrado a tu pueblo cosas difíciles.
Nos has hecho beber el vino que nos hace tambalear.
Has dado un estandarte a los que te temen,
para que se muestre por la verdad. Selah.
 
Para que tu amado sea liberado,
salva con tu mano derecha, y respóndenos.
Dios ha hablado desde su santuario:
“Voy a triunfar.
Dividiré Siquem,
y medir el valle de Succoth.
Mío es Galaad y mío es Manasés.
Efraín también es la defensa de mi cabeza.
Judá es mi cetro.
Moab es mi lavabo.
Lanzaré mi sandalia sobre Edom.
Grito de triunfo sobre Filistea”.
 
¿Quién me llevará a la ciudad fuerte?
¿Quién me ha llevado a Edom?
10 ¿No nos has rechazado, Dios, a nosotros?
No sales con nuestros ejércitos, Dios.
11 Danos ayuda contra el adversario,
porque la ayuda del hombre es vana.
12 Por medio de Dios lo haremos con valentía,
ya que es él quien va a pisotear a nuestros adversarios.