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Yahvé, tú, Dios a quien pertenece la venganza,
tú, Dios, a quien pertenece la venganza, resplandece.
Levántate, juez de la tierra.
Devuelve a los orgullosos lo que se merecen.
Yahvé, hasta cuándo los malvados,
¿hasta cuándo triunfarán los malvados?
Derraman palabras arrogantes.
Todos los malhechores se jactan.
Rompen a tu pueblo en pedazos, Yahvé,
y aflige tu herencia.
Matan a la viuda y al extranjero,
y asesinar a los huérfanos.
Dicen: “Yah no verá,
ni el Dios de Jacob considerará”.
Considera, tú, insensato del pueblo;
tontos, ¿cuándo seréis sabios?
El que implantó el oído, ¿no oirá?
El que formó el ojo, ¿no verá?
10 El que disciplina a las naciones, ¿no castigará?
El que enseña al hombre sabe.
11 Yahvé conoce los pensamientos del hombre,
que son inútiles.
12 Bendito es el hombre al que disciplinas, Yah,
y enseñar con tu ley,
13 para que le des descanso en los días de adversidad,
hasta que la fosa sea cavada para los malvados.
14 Porque Yahvé no rechazará a su pueblo,
ni abandonará su herencia.
15 Porque el juicio volverá a la justicia.
Todos los rectos de corazón la seguirán.
16 ¿Quién se levantará por mí contra los malvados?
¿Quién me defenderá de los malhechores?
17 A menos que Yahvé haya sido mi ayuda,
mi alma habría vivido pronto en el silencio.
18 Cuando dije: “¡Me resbala el pie!”
Tu amorosa bondad, Yahvé, me sostuvo.
19 En la multitud de mis pensamientos dentro de ,
tus consuelos deleitan mi alma.
20 El trono de la maldad tendrá comunión con vosotros,
que provoca el malestar por el estatuto?
21 Se reúnen contra el alma del justo,
y condenar la sangre inocente.
22 Pero Yahvé ha sido mi alta torre,
mi Dios, la roca de mi refugio.
23 Ha hecho recaer sobre ellos su propia iniquidad,
y los cortará en su propia maldad.
Yahvé, nuestro Dios, los cortará.