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El Reino del Ungido del Señor
¿Por qué se sublevan las naciones1A,
Y los pueblos traman cosas vanasB?
Se levantan los reyes de la tierraA,
Y los gobernantes traman unidos
Contra el SeñorB y contra Su Ungido1C, diciendo:
“¡Rompamos Sus cadenasA
Y echemos de nosotros Sus cuerdas!”
 
El que se sienta como Rey en los cielos se ríeA,
El Señor se burla de ellosB.
Luego les hablará en Su iraA,
Y en Su furor los aterrará, diciendo:B
“Pero Yo mismo he consagrado a Mi ReyA
Sobre Sion, Mi santo monteB.”
 
“Ciertamente anunciaré el decreto del Señor
Que me dijo: ‘Mi Hijo eres Tú,
Yo Te he engendrado hoyA.
Pídeme, y Te daréA las naciones como herencia TuyaB,
Y como posesión Tuya los confines de la tierraC.
Tú los quebrantarás con vara1 de hierroA;
Los desmenuzarás como vaso de alfareroB.’ ”
 
10 Ahora pues, oh reyes, muestren discernimientoA;
Reciban amonestación, oh jueces de la tierra.
11 Adoren1 al Señor con reverenciaA,
Y alégrense con temblorB.
12 Honren al HijoA para que no se enoje y perezcan en el camino,
Pues puede inflamarse de repente Su ira.
¡Cuán bienaventurados son todos los que en El se refugianB!
1 2:1 O los gentiles A 2:1 Sal 46:6; 83:2-5; Hech 4:25, 26 B 2:1 Sal 21:11 A 2:2 Sal 48:4-6 B 2:2 Sal 74:18, 23 1 2:2 O Mesías C 2:2 Juan 1:41 A 2:3 Jer 5:5 A 2:4 Sal 37:13 B 2:4 Sal 59:8 A 2:5 Sal 21:8, 9; 76:7 B 2:5 Sal 78:49, 50 A 2:6 Sal 45:6 B 2:6 Sal 48:1, 2 A 2:7 Hech 13:33; Heb 1:5; 5:5 A 2:8 Sal 21:1, 2 B 2:8 Sal 22:27 C 2:8 Sal 67:7 1 2:9 O cetro A 2:9 Sal 89:23; 110:5, 6; Apoc 12:5; 19:15 B 2:9 Sal 28:5; 52:5; 72:4; Apoc 2:27 A 2:10 Prv 8:15; 27:11 1 2:11 O Sirvan A 2:11 Sal 5:7 B 2:11 Sal 119:119, 120 A 2:12 Sal 2:7 B 2:12 Sal 5:11; 34:22; Apoc 6:16, 17