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El amor imperecedero
Yavé me dijo: otra vez, ama a una mujer amada por su esposo, aunque adúltera, tal como Yavé ama a los hijos de Israel, aunque siguen a ʼelohim extraños y aman las tortas de uvas pasas.
La compré para mí por 165 piezas de plata y 230 litros de cebada. Y le dije: Muchos días estarás conmigo. No te prostituirás ni aceptarás a otro hombre. Lo mismo haré yo contigo.
Porque muchos días estarán los hijos de Israel, sin rey y sin caudillo, sin sacrificio y sin columna, sin efod y las pequeñas imágenes que usan como ídolos domésticos. Después volverán los hijos de Israel y buscarán a Yavé su ʼElohim y a David su rey. Acudirán temblorosos a Yavé y a su bondad en los últimos días.