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Restauración de Israel
1 Por amor a Sion no guardaré silencio. Por amor a Jerusalén no descansaré hasta que rompa la aurora de su justicia y arda la antorcha de su salvación.
2 Entonces las naciones verán tu justicia, y todos los reyes, tu esplendor. Te será dado un nombre nuevo que pronunciará la boca de Yavé.
3 Serás corona de esplendor en la mano de Yavé y diadema real en la palma de la mano de tu ʼElohim.
4 Nunca más serás llamada la Desamparada, ni se dirá más de tu tierra, Desolada. Sino serás llamada mi Deleite, y tu tierra, Desposada, porque Yavé se deleita en ti, y tu tierra será desposada.
5 Pues como el joven se desposa con la virgen, así se desposarán tus hijos contigo. Como el novio se regocija por la novia, así tu ʼElohim se regocijará por ti.
6 ¡Oh Jerusalén, sobre tus muros puse centinelas! Nunca callarán en todo el día ni en toda la noche. Ustedes los que se acuerdan de Yavé no se den reposo.
7 No le den reposo hasta que Él restablezca a Jerusalén, hasta que convierta a Jerusalén en la alabanza de la tierra.
8 Yavé juró con la mano derecha y su brazo poderoso: Ya no entregaré tu trigo como comida a tus enemigos, ni los extranjeros se beberán más el vino por el cual tú trabajaste.
9 Los que lo cosechan lo comerán, y alabarán a Yavé. Los que lo recolectan lo beberán en los patios de mi Santuario.
10 Pasen, pasen por las puertas. Despejen el camino para el pueblo. Allanen, allanen la calzada, y quiten las piedras. ¡Alcen pendón a los pueblos!
11 Ciertamente Yavé envía un pregón hasta el confín de la tierra. Digan a la hija de Sion: ¡Mira, tu Salvador viene! ¡Mira, su recompensa viene con Él y su obra lo precede!
12 Entonces los llamarán Pueblo Santo, Redimidos de Yavé, y a ti te llamarán Ciudad Deseada, Ciudad no Desamparada.