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Al director del coro. Sobre la paloma silenciosa en parajes muy lejanos.
Canto a media voz (Mictam) de David, cuando los filisteos lo capturaron en Gat
Oh ʼElohim, ten compasión de ,
Porque el hombre me pisotea, me devora,
Me oprime y me combate todo el día.
Los que me asaltan me pisotean todo el día,
Porque son muchos los que con soberbia pelean contra mí.
 
El día cuando temo, confío en Ti.
En ʼElohim, la Palabra de Quien alabo,
En ʼElohim confío, no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre?
 
Todo el día pervierten mis palabras.
Contra mí son todos sus pensamientos para mal.
Conspiran, acechan, observan atentamente mis pasos en acecho de mi vida.
 
Pésalos a causa de su perversidad.
Con furia derriba los pueblos, oh ʼElohim.
Tomaste en cuenta mis huidas.
Coloca mis lágrimas en tu botella.
¿No están ellas en tu rollo?
 
El día cuando yo te invoque retrocederán mis enemigos.
Esto porque ʼElohim está a mi favor.
10 Oh ʼElohim, tu Palabra alabo,
Oh Yavé, tu Palabra alabo.
11 En ʼElohim confié, no temeré.
¿Qué puede hacerme el hombre?
 
12 Oh ʼElohim, sobre mí están los votos.
Te pagaré ofrendas de acción de gracias,
13 Porque libraste mi vida de la muerte
Y mis pies de tropezar,
Para que ande delante de ʼElohim
En la luz de los que viven.