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El cuidado para los débiles
Reciban al débil en la fe, pero no para enjuiciar sus opiniones. Uno considera bien comer de todo. Otro que es débil come verduras. El que come no desprecie al que no come, y el que no come no juzgue al que come, porque Dios lo aceptó.
¿Quién eres para que juzgues al esclavo de otro? Para su amo está firme o cae. Será afirmado, porque el Señor es poderoso para sostenerlo.
Uno considera diferente un día de otro, pero otro considera iguales todos los días. Cada uno esté plenamente convencido de lo que piensa. El que observa el día, lo tiene en cuenta para el Señor. El que come, come para el Señor, porque da gracias a Dios. El que no come, no come para el Señor, y da gracias a Dios.
Porque ninguno de nosotros vive para él mismo, y ninguno muere para él mismo. Si vivimos, para el Señor vivimos. Si morimos, para el Señor morimos. Así que, si vivimos o morimos, somos del Señor. Para esto Cristo murió y volvió a vivir: para que sea Señor de los muertos y de los vivos.
10 ¿Por qué alguno de ustedes juzga a su hermano? O también , ¿por qué desprecias a tu hermano? Porque todos compareceremos ante el tribunal de Dios. 11 Pues está escrito:
Yo vivo, dice el Señor, que ante se doblará toda rodilla, y toda lengua confesará a Dios.
12 Así que cada uno de nosotros dará cuenta a Dios. 13 Por tanto ya no nos juzguemos unos a otros, más bien decidan no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.
14  y me convencí en el Señor Jesús de que nada es impuro. Pero es impuro para el que lo considera impuro. 15 Porque si tu hermano se ofende por lo que comes, ya no procedes según el amor. No destruyas con tu comida a aquél por quien Cristo murió.
16 Que no hablen mal de lo bueno de ustedes. 17 Porque el reino de Dios no es comida y bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. 18 El que en esto es un esclavo de Cristo es aceptable ante Dios y aprobado por los hombres.
19 Así que persigamos lo que contribuye a la paz y a la mutua edificación. 20 No destruyas la obra de Dios por causa de una comida. En verdad todas las cosas son limpias, pero es malo que una persona cause una ofensa por lo que come. 21 Bueno es no comer carne, ni beber vino, ni hacer algo en lo que tu hermano se ofenda, se debilite o tropiece.
22  tienes fe. Tenla para ti mismo delante de Dios. Inmensamente feliz el que no se juzga en lo que aprueba. 23 Pero el que duda sobre lo que come, se acusa, porque no comió por fe. Todo lo que no es por fe es pecado.