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Muerte de Saúl
Entretanto los filisteos combatían contra Israel. Los israelitas huyeron de los filisteos y cayeron muertos en la montaña Gilboa. Los filisteos siguieron de cerca tras Saúl y sus hijos. Mataron a Jonatán, a Abinadab y a Malquisúa, hijos de Saúl. Arreció la batalla contra Saúl. Los hombres que tiran con el arco lo alcanzaron y fue herido gravemente por los arqueros.
Entonces Saúl dijo a su escudero: ¡Saca tu espada y traspásame con ella! No sea que vengan estos incircuncisos, me traspasen y hagan escarnio de .
Pero su escudero no quiso, pues tenía gran temor. Entonces Saúl tomó la espada y se echó sobre ella. Al ver que Saúl moría, su escudero también se echó sobre su propia espada para morir con él. Aquel día murió Saúl, sus tres hijos, su escudero y todos sus hombres junto con él.
Cuando los hombres de Israel que estaban al otro lado del valle y los del otro lado del Jordán vieron que los de Israel huyeron y que Saúl y sus hijos murieron, abandonaron las ciudades y huyeron. Entonces los filisteos fueron y vivieron en ellas.
Al día siguiente aconteció que los filisteos fueron a despojar a los muertos y hallaron a Saúl y sus tres hijos tendidos en la montaña Gilboa. Le cortaron la cabeza y lo despojaron de sus armas. Enviaron a proclamar la noticia por toda la tierra de los filisteos, en el templo de sus ídolos y entre el pueblo. 10 Colgaron sus armas en el templo de Astarot y clavaron su cadáver contra el muro de Bet-sán.
11 Cuando los habitantes de Jabes de Galaad oyeron lo que los filisteos hicieron a Saúl, 12 se levantaron todos los hombres valientes y anduvieron toda aquella noche. Bajaron el cadáver de Saúl y los cadáveres de sus hijos del muro de Bet-sán. Fueron a Jabes y los quemaron allí. 13 Luego tomaron sus huesos y los sepultaron debajo del tamarisco en Jabes, y ayunaron siete días.