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Entonces Bildad el Suhita habló y dijo: El dominio y el temor pertenecen a Dios. Él trae la paz* a sus cielos. ¿Quién puede contar sus ejércitos? ¿Hay algún lugar donde no brille su luz? ¿Cómo puede un ser humano ser justo ante Dios? ¿Puede alguien nacido de mujer ser puro? Si a los ojos de Dios ni siquiera la luna brilla, y las estrellas no son puras, ¡cuánto menos un ser humano, que en comparación es como un gusano o una lombriz!”
* 25:2 El término utilizado aquí es para traer la paz donde hay conflicto.