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Pablo sale para Roma
Cuando se decidió que deberíamosA (nosotros) Hech 16:10-17; 20:5-15; 21:1-18; 27:1-28:16 embarcarnos para ItaliaB Hech 18:2; 25:12, 25; 27:6, fueron entregados Pablo y algunos otros presos a un centurión de la compañía1 O, cohorte; i.e., unidad militar romana compuesta de varias centuriasC Hech 10:1 Augusta, llamado Julio. Y embarcándonos en una nave adramitena que estaba para zarpar hacia las regiones de la costa de Asia1 I.e., la provincia de la costa occidental de Asia MenorA Hech 2:9, nos hicimos a la mar acompañados por Aristarco, un macedonioB Hech 16:9; 19:29 de TesalónicaC Hech 17:1. Al día siguiente llegamos a SidónA Mat 11:21. Julio trató a Pablo con benevolenciaB Hech 27:43, permitiéndole ir a sus amigos y ser atendido por ellosC Hech 24:23. De allí partimos y navegamos al abrigo de la isla de ChipreA Hech 4:36, porque los vientos eran contrariosB Hech 27:7. Y después de navegar atravesando el mar frente a1 Lit., a lo largo de las costas de CiliciaA Hech 6:9 y de PanfiliaB Hech 13:13, llegamos a Mira de Licia. Allí el centurión halló una nave alejandrinaA Hech 28:11 que iba1 Lit., navegaba para ItaliaB Hech 18:2; 27:1, y nos embarcó en ella. Y después de navegar lentamente por muchos días, y de llegar con dificultad frente a Gnido, pues el viento no nos permitióA Hech 27:4 avanzar más1 I.e., el viento no les permitió entrar al puerto, navegamos al abrigo de CretaB Hech 2:11; 27:12, 13, 21; Tito 1:5, 12, frente a Salmón; y costeándolaA Hech 27:13 con dificultad, llegamos a un lugar llamado Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.
La tempestad en el mar
Cuando ya había pasado mucho tiempo y la navegación se había vuelto peligrosa, pues hasta el Ayuno1 I.e., el Día de Expiación, a fines de septiembre o principios de octubreA Lev 16:29-31; 23:27-29; Núm 29:7 había pasado ya, Pablo los amonestaba, 10 diciéndoles: Amigos1 Lit., Hombres, veo que de seguro este viaje va a ser con perjuicio y graves pérdidasA Hech 27:21, no sólo del cargamento y de la nave, sino también de nuestras vidas. 11 Pero el centurión se persuadió más por lo dicho por el pilotoA Apoc 18:17 y el capitán1 O, dueño del barco, que por lo que Pablo decía. 12 Y como el puerto no era adecuado para invernar, la mayoría tomó la decisión de hacerse a la mar desde allí, por si les era posible arribar a Fenice, un puerto de CretaA Hech 2:11; 27:13, 21; Tito 1:5, 12 que mira hacia el nordeste y el sudeste1 O, posiblemente, el suroeste y el noroeste, y pasar el invierno allí. 13 Cuando comenzó a soplar un moderado1 Lit., habiendo soplado moderadamente un viento del sur, creyendo que habían logrado su propósito, levaron anclas y navegabanA Hech 27:8 costeando a CretaB Hech 2:11; 27:12, 13, 21; Tito 1:5, 12. 14 Pero no mucho después, desde tierra1 Lit., ella comenzó a soplar2 Lit., se lanzó un viento huracanadoA Mar 4:37 que se llama Euroclidón3 I.e., un viento del nordeste, 15 y siendo azotada1 Lit., arrebatada la nave, y no pudiendo hacer frente al viento nos abandonamos a él y nos dejamos llevar a la deriva. 16 Navegando1 Lit., Corriendo al abrigo de una pequeña isla llamada Clauda2 Algunos mss. antiguos dicen: Cauda, con mucha dificultad pudimos sujetar el esquife. 17 Después que lo alzaron, usaron amarras1 Lit., refuerzos para ceñir la nave; y temiendo encallarA Hech 27:26, 29 en los bancos de Sirte, echaron el ancla flotante2 O, posiblemente, la vela y3 Lit., así se abandonaron a la deriva. 18 Al día siguiente, mientras éramos sacudidos furiosamente por la tormenta, comenzaron a arrojar la carga1 Lit., hacían la descargaA Jon 1:5; Hech 27:38; 19 y al tercer día, con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos de la nave. 20 Como ni el sol ni las estrellas aparecieron por muchos días, y una tempestad no pequeña se abatía sobre nosotros, desde entonces fuimos abandonando toda esperanza de salvarnos. 21 Cuando habían pasado muchos días sin comer1 Lit., Y habiendo una larga abstinencia de alimentos, entonces, Pablo se puso en pie en medio de ellos y dijo: Amigos2 Lit., Hombres, debierais haberme hecho caso3 Lit., obedecido y no haber zarpado de CretaA Hech 27:7, evitando4 Lit., obteniendo así este perjuicio y pérdidaB Hech 27:10. 22 Pero ahora os exhorto a tener buen ánimoA Hech 27:25, 36, porque no habrá pérdida de vida entre vosotros, sino sólo del barco. 23 Porque esta noche estuvo en mi presenciaA Hech 18:9; 23:11; 2 Tim 4:17 un ángel del DiosB Hech 5:19 de quien soy y a quien sirvoC Rom 1:9, 24 diciendo: “No temas, Pablo; has de comparecer ante el CésarA Hech 23:11; y he aquí, Dios te ha concedido todos los que navegan contigoB Hech 27:31, 42, 44.” 25 Por tanto, tened buen ánimoA Hech 27:22, 36 amigos1 Lit., hombres, porque yo confío en Dios, que acontecerá2 Lit., será exactamente como se me dijo. 26 Pero tenemos que encallarA Hech 27:17, 29 en cierta islaB Hech 28:1.
27 Y llegada la decimocuarta noche, mientras éramos llevados a la deriva en el mar Adriático, a eso de la medianoche los marineros presentían que se estaban acercando a tierra1 Lit., que alguna tierra se acercaba a ellos. 28 Echaron la sonda y hallaron que había veinte brazas; pasando un poco más adelante volvieron a echar la sonda y hallaron quince brazas de profundidad. 29 Y temiendo que en algún lugar fuéramos a dar contra los escollos1 O, las rocasA Hech 27:17, 26, echaron cuatro anclas por la popa y ansiaban que amaneciera2 Lit., oraban para que se hiciera de día. 30 Como los marineros trataban de escapar de la nave y habían bajado el esquifeA Hech 27:16 al mar, bajo pretexto de que se proponían echar las anclas desde la proa, 31 Pablo dijo al centurión y a los soldados: Si éstos no permanecen en la nave, vosotros no podréis salvaros. 32 Entonces los soldados cortaron las amarrasA Juan 2:15 del esquife y dejaron que se perdiera. 33 Y hasta que estaba a punto de amanecer, Pablo exhortaba a todos a que tomaran alimento, diciendo: Hace ya catorce días1 Lit., Hoy es el decimocuarto día que, velando continuamente, estáis en ayunas, sin tomar ningún alimento. 34 Por eso os aconsejo que toméis alimento, porque esto es necesario para vuestra supervivencia; pues ni un solo cabello de la cabeza de ninguno de vosotros pereceráA Mat 10:30. 35 Habiendo dicho esto, tomó pan y dio gracias a Dios en presencia de todos; y partiéndoloA Mat 14:19, comenzó a comer. 36 Entonces todos, teniendo ya buen ánimoA Hech 27:22, 25, tomaron también alimento. 37 En total éramos en la nave doscientas setenta y seis personas1 Lit., almasA Hech 2:41. 38 Una vez saciados, aligeraron la nave arrojando el trigo al marA Jon 1:5; Hech 27:18. 39 Cuando se hizo de día, no reconocían la tierraA Hech 28:1, pero podían distinguir una bahía que tenía playa, y decidieron1 Lit., decidiendo lanzar la nave hacia ella2 Algunos mss. antiguos dicen: traer la nave a salvo a la costa, si les era posible. 40 Y cortando las anclasA Hech 27:29, las dejaron1 O, dejaban en el mar, aflojando al mismo tiempo las amarras de los timones; e izando la vela de proa al viento, se dirigieron hacia la playa. 41 Pero chocando contra un escollo1 Lit., lugar donde se encuentran dos corrientes2 Lit., mares, encallaron la nave; la proa se clavó y quedó inmóvil, pero la popa se rompía por la fuerza de las olas. 42 Y el plan de los soldados era matar a los presos, para que ninguno de ellos escaparaA Hech 12:19 a nado; 43 pero el centurión, queriendo salvar a PabloA Hech 27:3, impidió su propósito, y ordenó que los que pudieran nadar se arrojaran primero por la borda y llegaran a tierra, 44 y que los demás siguieran, algunos en tablones, y otros en diferentes objetos de la nave. Y así sucedió que todos llegaron salvos a tierraA Hech 27:22, 31.

A27:1: (nosotros) Hech 16:10-17; 20:5-15; 21:1-18; 27:1-28:16

B27:1: Hech 18:2; 25:12, 25; 27:6

127:1: O, cohorte; i.e., unidad militar romana compuesta de varias centurias

C27:1: Hech 10:1

127:2: I.e., la provincia de la costa occidental de Asia Menor

A27:2: Hech 2:9

B27:2: Hech 16:9; 19:29

C27:2: Hech 17:1

A27:3: Mat 11:21

B27:3: Hech 27:43

C27:3: Hech 24:23

A27:4: Hech 4:36

B27:4: Hech 27:7

127:5: Lit., a lo largo de

A27:5: Hech 6:9

B27:5: Hech 13:13

A27:6: Hech 28:11

127:6: Lit., navegaba

B27:6: Hech 18:2; 27:1

A27:7: Hech 27:4

127:7: I.e., el viento no les permitió entrar al puerto

B27:7: Hech 2:11; 27:12, 13, 21; Tito 1:5, 12

A27:8: Hech 27:13

127:9: I.e., el Día de Expiación, a fines de septiembre o principios de octubre

A27:9: Lev 16:29-31; 23:27-29; Núm 29:7

127:10: Lit., Hombres

A27:10: Hech 27:21

A27:11: Apoc 18:17

127:11: O, dueño

A27:12: Hech 2:11; 27:13, 21; Tito 1:5, 12

127:12: O, posiblemente, el suroeste y el noroeste

127:13: Lit., habiendo soplado moderadamente un

A27:13: Hech 27:8

B27:13: Hech 2:11; 27:12, 13, 21; Tito 1:5, 12

127:14: Lit., ella

227:14: Lit., se lanzó

A27:14: Mar 4:37

327:14: I.e., un viento del nordeste

127:15: Lit., arrebatada

127:16: Lit., Corriendo

227:16: Algunos mss. antiguos dicen: Cauda

127:17: Lit., refuerzos

A27:17: Hech 27:26, 29

227:17: O, posiblemente, la vela

327:17: Lit., así

127:18: Lit., hacían la descarga

A27:18: Jon 1:5; Hech 27:38

127:21: Lit., Y habiendo una larga abstinencia de alimentos, entonces

227:21: Lit., Hombres

327:21: Lit., obedecido

A27:21: Hech 27:7

427:21: Lit., obteniendo

B27:21: Hech 27:10

A27:22: Hech 27:25, 36

A27:23: Hech 18:9; 23:11; 2 Tim 4:17

B27:23: Hech 5:19

C27:23: Rom 1:9

A27:24: Hech 23:11

B27:24: Hech 27:31, 42, 44

A27:25: Hech 27:22, 36

127:25: Lit., hombres

227:25: Lit., será

A27:26: Hech 27:17, 29

B27:26: Hech 28:1

127:27: Lit., que alguna tierra se acercaba a ellos

127:29: O, las rocas

A27:29: Hech 27:17, 26

227:29: Lit., oraban para que se hiciera de día

A27:30: Hech 27:16

A27:32: Juan 2:15

127:33: Lit., Hoy es el decimocuarto día

A27:34: Mat 10:30

A27:35: Mat 14:19

A27:36: Hech 27:22, 25

127:37: Lit., almas

A27:37: Hech 2:41

A27:38: Jon 1:5; Hech 27:18

A27:39: Hech 28:1

127:39: Lit., decidiendo

227:39: Algunos mss. antiguos dicen: traer la nave a salvo a la costa

A27:40: Hech 27:29

127:40: O, dejaban

127:41: Lit., lugar

227:41: Lit., mares

A27:42: Hech 12:19

A27:43: Hech 27:3

A27:44: Hech 27:22, 31