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Llamamiento de los primeros discípulos
Y aconteció que mientras la multitud se agolpaba sobre El para oír la palabra de Dios, estando Jesús1 Lit., ElA Mat 4:18-22; Mar 1:16-20; Luc 5:1-11; Juan 1:40-42 junto al lago de GenesaretB Núm 34:11; Deut 3:17; Jos 12:3; 13:27; Mat 4:18, vio dos barcas que estaban a la orilla del lago, pero los pescadores habían bajado de ellas y lavaban las redes. Subiendo a una de las barcas, que era de Simón, pidió que se separara de tierra un poco; y sentándose, enseñaba a las multitudes desde la barcaA Mat 13:2; Mar 3:9, 10; 4:1. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Sal a la parte más profunda1 O, Boga hacia lo hondo y echad vuestras redes para pescar.2 Lit., una redadaA Juan 21:6 Respondiendo Simón, dijo: MaestroA Luc 8:24; 9:33, 49; 17:13, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado1 Lit., agarrado nadaB Juan 21:3, pero porque tú lo pides2 O, a tu palabra, echaré las redes. Y cuando lo hicieron, encerraron una gran cantidad de pecesA Juan 21:6, de modo que sus redes se rompían; entonces hicieron señas a sus compañeros que estaban en la otra barca para que vinieran a ayudarlos. Y vinieron y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Al ver esto, Simón Pedro cayó a los pies1 Lit., las rodillas de Jesús, diciendo: ¡Apártate de mí, Señor, pues soy hombre pecador! Porque el asombro se había apoderado de él y de todos sus compañeros, por la redada de peces que habían hecho; 10 y lo mismo les sucedió también a Jacobo1 O, Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, que eran socios de Simón. Y Jesús dijo a Simón: No temas;A Mat 14:27 desde ahora serás pescador de hombres.B 2 Tim 2:26 11 Y después de traer las barcas a tierra, dejándolo todo, le siguieronA Mat 4:20, 22; 19:29; Mar 1:18, 20; Luc 5:28.
Curación de un leproso
12 A Mat. 8:2-4; Mar. 1:40-44 Y aconteció que estando Jesús1 Lit., El en una de las ciudades, he aquí, había allí un hombre lleno de lepra; y cuando vio a Jesús, cayó sobre su rostro y le rogó, diciendo: Señor, si quieres, puedes limpiarme. 13 Extendiendo Jesús la mano, lo tocó, diciendo: Quiero; sé limpio. Y al instante la lepra lo dejó. 14 Y El le mandó que no se lo dijera a nadie. Pero andale dijo—, muéstrate al sacerdoteA Lev 13:49; 14:2 y sig. y da una ofrenda1 Lit., ofrece por tu purificación según lo ordenó Moisés, para que les sirva de testimonio. 15 Y su fama1 Lit., la palabra acerca de El se difundía cada vez másA Mat 9:26, y grandes multitudes se congregaban para oírle y ser sanadas de sus enfermedades. 16 Pero con frecuencia El se retiraba a1 Lit., en lugares solitarios y orabaA Mat 14:23; Mar 1:35; Luc 6:12.
Curación de un paralítico
17 Y1 Lit., Y sucedió que un día2 Lit., en uno de los días que El estaba enseñando, había allí sentados algunos fariseosA Mat 15:1 y maestros de la leyB Luc 2:46 que habían venido de todas las aldeas de Galilea y Judea, y de JerusalénC Mar 1:45; y el poder del SeñorD Mar 5:30; Luc 6:19; 8:46 estaba con El para sanar. 18 A Mat. 9:2-8; Mar. 2:3-12 Y he aquí, unos hombres trajeron en una camilla a un hombre que estaba paralítico; y trataban de meterlo y ponerlo delante de Jesús1 Lit., El. 19 Y no hallando cómo introducirlo debido a la multitud, subieron a la azoteaA Mat 24:17 y lo bajaron con la camilla a través del techo1 Lit., de las tejasB Mar 2:4, poniéndolo en medio, delante de Jesús. 20 Viendo Jesús la fe de ellos, dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados.A Mat 9:2 21 Entonces los escribas y fariseos comenzaron a discurrirA Luc 3:8, diciendo: ¿Quién es éste que habla blasfemias? ¿Quién puede perdonar pecados, sino sólo DiosB Isa 43:25; Luc 7:49? 22 Conociendo Jesús sus pensamientos, respondió y les dijo: ¿Por qué discurrís en vuestros corazones? 23 ¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados te son perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? 24 Pues para que sepáis que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados (dijo al paralíticoA Mat 4:24): A ti te digo: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 25 Y al instante se levantó delante de ellos, tomó la camilla en que había estado acostado, y se fue a su casa glorificando a DiosA Mat 9:8. 26 Y el asombro se apoderó de todos y glorificaban a DiosA Mat 9:8; y se llenaron de temorB Luc 1:65; 7:16, diciendo: Hoy hemos visto cosas extraordinarias.
Llamamiento de Leví y la cena en su casa
27 A Mat. 9:9-17; Mar. 2:14-22 Después de esto, Jesús salió y se fijó en un recaudador de impuestos1 O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos, y así en los vers 29 y 30 llamado LevíB Mat 9:9, sentado en la oficina de los tributos, y le dijo: Sígueme. 28 Y él, dejándolo todo, se levantó y le seguíaA Luc 5:11.
29 Y LevíA Mat 9:9 le ofreció un gran banquete en su casa; y había un grupo grande de recaudadores de impuestosB Luc 15:1 y de otros que estaban sentados1 Lit., recostados a la mesa con ellos. 30 Y los fariseos y sus escribasA Mar 2:16; Luc 15:2; Hech 23:9 se quejaban a los discípulos de Jesús1 Lit., El, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con los recaudadores de impuestos y con los pecadores? 31 Respondiendo Jesús, les dijo: Los sanos no tienen necesidad de médico, sino los que están enfermos.A Mat 9:12, 13; Mar 2:17 32 No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.
Pregunta sobre el ayuno
33 Y ellos le dijeron: Los discípulos de Juan ayunan con frecuencia y hacen oraciones; los de los fariseos también hacen lo mismo, pero los tuyos comen y bebenA Mat 9:14; Mar 2:18. 34 Entonces Jesús les dijo: ¿Acaso podéis hacer que los acompañantes del novio1 Lit., hijos del tálamo ayunen mientras el novio está con ellos? 35 Pero vendrán días cuando1 Lit., y cuando el novio les será quitado, entonces ayunarán en aquellos días.A Mat 9:15; Mar 2:20; Luc 17:22 36 También les dijo una parábola: Nadie corta un pedazo de un vestido nuevo y lo pone en un vestido viejo; porque entonces1 Lit., ya que si no romperá el nuevo, y el pedazo del nuevo no armonizará con el viejo. 37 Y nadie echa vino nuevo en odres1 I.e., cueros usados como recipientes viejos, porque entonces2 Lit., ya que si no el vino nuevo romperá los odres y se derramará, y los odres se perderán, 38 sino que el vino nuevo debe echarse en odres nuevos1 Algunos mss. agregan: y ambos se conservan. 39 Y nadie, después de beber vino añejo, desea vino nuevo, porque dice: “El añejo es mejor1 Lit., bueno o agradable.”

15:1: Lit., El

A5:1: Mat 4:18-22; Mar 1:16-20; Luc 5:1-11; Juan 1:40-42

B5:1: Núm 34:11; Deut 3:17; Jos 12:3; 13:27; Mat 4:18

A5:3: Mat 13:2; Mar 3:9, 10; 4:1

15:4: O, Boga hacia lo hondo

25:4: Lit., una redada

A5:4: Juan 21:6

A5:5: Luc 8:24; 9:33, 49; 17:13

15:5: Lit., agarrado

B5:5: Juan 21:3

25:5: O, a tu palabra

A5:6: Juan 21:6

15:8: Lit., las rodillas

15:10: O, Santiago

A5:10: Mat 14:27

B5:10: 2 Tim 2:26

A5:11: Mat 4:20, 22; 19:29; Mar 1:18, 20; Luc 5:28

A5:12: Mat. 8:2-4; Mar. 1:40-44

15:12: Lit., El

A5:14: Lev 13:49; 14:2 y sig.

15:14: Lit., ofrece

15:15: Lit., la palabra acerca de El

A5:15: Mat 9:26

15:16: Lit., en

A5:16: Mat 14:23; Mar 1:35; Luc 6:12

15:17: Lit., Y sucedió que

25:17: Lit., en uno de los días

A5:17: Mat 15:1

B5:17: Luc 2:46

C5:17: Mar 1:45

D5:17: Mar 5:30; Luc 6:19; 8:46

A5:18: Mat. 9:2-8; Mar. 2:3-12

15:18: Lit., El

A5:19: Mat 24:17

15:19: Lit., de las tejas

B5:19: Mar 2:4

A5:20: Mat 9:2

A5:21: Luc 3:8

B5:21: Isa 43:25; Luc 7:49

A5:24: Mat 4:24

A5:25: Mat 9:8

A5:26: Mat 9:8

B5:26: Luc 1:65; 7:16

A5:27: Mat. 9:9-17; Mar. 2:14-22

15:27: O, publicano; i.e., uno que explotaba la recaudación de los impuestos romanos, y así en los vers 29 y 30

B5:27: Mat 9:9

A5:28: Luc 5:11

A5:29: Mat 9:9

B5:29: Luc 15:1

15:29: Lit., recostados

A5:30: Mar 2:16; Luc 15:2; Hech 23:9

15:30: Lit., El

A5:31: Mat 9:12, 13; Mar 2:17

A5:33: Mat 9:14; Mar 2:18

15:34: Lit., hijos del tálamo

15:35: Lit., y cuando

A5:35: Mat 9:15; Mar 2:20; Luc 17:22

15:36: Lit., ya que si no

15:37: I.e., cueros usados como recipientes

25:37: Lit., ya que si no

15:38: Algunos mss. agregan: y ambos se conservan

15:39: Lit., bueno o agradable